El autor de la masacre de Newtown (Connecticut, EEUU) "entró a la fuerza" en la escuela de primaria Sandy Hook, donde 26 personas, entre ellas 20 niños, murieron el viernes, según dijo el sábado el portavoz de la policía, el teniente Paul Vance, durante una conferencia de prensa.

La policía no ha confirmado públicamente de momento la identidad del tirador, que ha sido presentado por los medios de comunicación estadounidenses como Adam Lanza, de 20 años. Las víctimas sí han sido identificadas por los forenses, pero aún quedan algunos trámites para divulgar sus identidades. El portavoz policial no quiso hablar aún sobre los posibles motivos del autor de una de las peores matanzas de EEUU.

Respetar la privacidad

Las autoridades del Estado de Connecticut dijeron que han obtenido en la escuela y en la casa del autor, donde mató a su madre, suficientes pruebas para hacerse "una imagen completa" del tiroteo. Vance insistió a los periodistas en que, una vez que se divulguen los nombres de las víctimas, respeten la "privacidad" de las familias, ya que "están pasando un momento muy difícil", y advirtió de que las autoridades han asignado a un policía estatal para proteger su intimidad.

El portavoz policial indicó que los detectives seguirán trabajando un día o dos en la escuela antes de completar su trabajo.

También dijo que la subdirectora de la escuela, la única persona que resultó con heridas, está evolucionando bien y será "clave" en la investigación.

Algunos testigos dijeron que el autor entró en la escuela rompiendo un cristal. Vance explicó que se ha establecido que los empleados de la escuela "no le dejaron entrar voluntariamente", pero tampoco quiso ofrecer más detalles.

Sí confirmó que todas las armas semiautomáticas que tenía legalmente la madre del autor (dos pistolas y un rifle) fueron encontradas en la escena de la masacre.

Vance explicó que los policías y miembros de los servicios de emergencia que llegaron a la escuela "entraron por varios puntos" en el centro. Las autoridades han enviado a Newtown un equipo especial de especialistas de un hospital de New Haven, también en el estado de Connecticut, para ayudar a los habitantes de esta ciudad a afrontar el enorme choque emocional que ha supuesto la matanza.

Obama elude hablar de prohibición

El presidente Barack Obama instó a los estadounidenses el sábado a solidarizarse y llorar por las víctimas del tiroteo. Dijo que los corazones de los padres de todo el país estaban "cargados de dolor" por las vidas perdidas.

En su discurso semanal de radio e internet, Obama reiteró el mensaje que ya lanzó el viernes, pocas horas después de conocer la matanza, sobre la necesidad de dejar de lado la política y "tomar medidas significativas para evitar más tragedias como esta”. Sin embargo, Obama no fue más allá y volvió a abstenerse de pedir específicamente leyes más estrictas para el control de la venta y uso de armas.

"Lloramos por las familias de aquellos que hemos perdido. Y seguimos rezando con los padres de los que sobrevivieron", dijo Obama. El tiroteo ha reavivado el debate sobre el control de armas en un país con una arraigada cultura de las armas y un fuerte lobi armamentístico, que siempre ha desalentado a la mayoría de los políticos que se han esforzado por debatir sobre la fácil disponibilidad de armas de fuego.

Obama se mantuvo alejado de esta cuestión durante su exitosa campaña de reelección y no está claro que ahora esté dispuesto a mostrar más firmeza aunque tenga asegurado el segundo mandato.

El alcalde de Nueva York, el republicano Michael Bloomberg, que dirige la coalición Alcaldes contras las Armas Ilegales, emplazó al presidente demócrata a seguir adelante, a pesar de la más que probable oposición de los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes de EEUU. "Ya hemos escuchado toda la retórica. Pero lo que no hemos visto es liderazgo", espetó Bloomberg en directa alusión a Obama.