El avión de la compañía española Swiftair que se estrelló en la madrugada de ayer jueves en Mali con 116 personas a bordo, entre ellas los seis españoles que conformaban la tripulación, había superado con éxito todas las inspecciones y estaba en buenas condiciones para volar.

Así lo ha confirmado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha explicado que el avión, un vuelo de Air Algerie operado por la compañía española, había pasado su revisión anual para prorrogar el certificado de aeronavegabilidad el pasado mes de enero.

Además, hace sólo tres días, el pasado 22 de julio, la Dirección General de Aviación Francesa efectuó al aparato -un MD83- una inspección en rampa en el aeropuerto de Marsella y "no se registró ninguna discrepancia relevante".

Desde 2013, la compañía ha sido sometida a 33 inspecciones sobre requisitos de operaciones en vuelo, entre los que se incluye la formación y capacitación de los pilotos, y a 31 sobre los requisitos de aeronavegabilidad, con resultados "satisfactorios".

Entretanto, el Ministerio de Defensa español ha ofrecido a Francia un avión C-295, destacado en Dakar (Senegal) y el Hércules que tiene en Libreville (Gabón), así como los efectivos desplegados en la misión de Mali para ayudar a las labores de rescate.

Además, el Ministerio de Fomento ha puesto en marcha un protocolo de atención para los familiares de los seis españoles fallecidos, con quienes ya se ha puesto en contacto.

Los restos del aparato se encuentran diseminados en un terreno de unas nueve hectáreas de difícil acceso en la región maliense de Gossi y están siendo custodiados por 200 militares de Francia, Mali y Holanda desplegados en la zona de la catástrofe.

Una de las dos cajas negras ya ha aparecido y ha sido inmediatamente trasladada a Gao, la ciudad más cercana, a 100 kilómetros de Gossi, y supuestamente la mejor equipada de la región.

Localizados ya los restos del aparato, la Comisión de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) dependiente de Fomento se va a incorporar al equipo de investigación del siniestro.

De hecho, dos expertos de la CIAIAC viajarán mañana a Bamako, la capital de Mali, en un avión del Ejército del Aire que saldrá desde la base área de Torrejón de Ardoz en Madrid para sumarse a la investigación.

La única certeza que se tiene hasta el momento sobre el accidente es que el avión atravesaba una zona de fuertes tormentas y que los pilotos manifestaron su intención de cambiar de ruta justo antes de que se perdiera el contacto con el aparato.

El sindicato de pilotos Sepla ha expresado sus condolencias a las familias de las víctimas y ha pedido "máxima prudencia" a la hora de facilitar información que pueda alterar el ritmo de la investigación o la intimidad de los familiares.

Reclama una investigación independiente que salvaguarde la intimidad de los tripulantes, pasajeros y familiares e insta a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) a que supervise "eficientemente" las operaciones en países extranjeros.

El sindicato recuerda que Swiftair es una compañía española que centra su modelo de negocio principalmente alquilando aviones, por lo que gran parte de su flota y su tripulación opera subcontratada.

Por ello, insiste en la necesidad de que AESA sea "especialmente escrupulosa" en la supervisión que se haga a este tipo de compañías sobre todo cuando operan fuera de España, donde su capacidad de control queda limitada.

En esta misma línea, el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac) ha pedido dedicar todos los recursos necesarios para llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre las circunstancias del accidente desde el punto de vista operacional, empresarial, humano y normativo.

Desde el Gobierno, el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, se ha mostrado "hondamente consternado" por el "trágico accidente" y ha dicho estar convencido de que la tripulación española dio "lo mejor de sí mismos" para tratar de salvar la vida de todos los pasajeros.

En un comunicado, Rajoy ha expresado sus condolencias a las familias de los pilotos y del resto de la tripulación del aparato, así como a los allegados del centenar de pasajeros fallecidos en el siniestro.

"Tengo la absoluta certeza de que, tanto el piloto Agustín Comerón, como la copiloto Isabel Gost y los tripulantes de cabina Rafael Gasanalieb, Miguel Ángel Rueda, Raúl Montero y Federico Cárdenas, dieron lo mejor de sí mismos hasta el último momento en el afán más noble: salvar la vida de todos sus pasajeros", ha subrayado.

El jefe del Ejecutivo ha destacado que desde el primer momento el Gobierno de España ha coordinado sus esfuerzos con los del resto de países afectados para repatriar a las víctimas españolas, "asistir a sus familias en este trance" y esclarecer las causas del accidente.