El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha tomado nota de cómo ve el brexit la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, pero ha recordado que su discurso no basta para lanzar la negociación y que solo arrancará una vez que Londres notifique formalmente la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa. Solo entonces, tal y como reiteró ayer el presidente de la UE, Donald Tusk, accederán a negociar en un proceso que se prolongará dos años y que “tendrá consecuencias de envergadura” tanto para los 27 como para Reino Unido.

Durante una intervención ante el pleno del Parlamento Europeo, con motivo del inicio de la presidencia semestral de la UE que ostenta Malta, el líder del Ejecutivo europeo ha explicado que hará lo posible para lograr “un acuerdo equlibrado” que respete plenamente las normas europeas y ha añadido que ha llegado la hora “de demostrar a aquellos que piensan que ha llegado el momento de deconstruir Europa que se equivocan”, ha dicho acusando a los extremistas de mentir y engañar por vender como una solución el repliegue de fronteras. “Se equivocan”, ha dicho.

El brexit es sin duda alguna uno de los mayores desafíos políticos, junto la política migratoria, a los que se enfrenta la presidencia maltesa de la UE este primer semestre del año. Y su primer ministro y presidente de turno, Joseph Muscat, ha acogido las aclaraciones de Theresa May sobre la Europa a la carta que pretende con más optimismo que los máximos dirigentes de las instituciones europeas. “Que haya declarado que sacará al Reino Unido del mercado único justamente por querer limitar la circulación de personas confirma la postura de los 27: que las cuatro libertades son un paquete único y eso es algo positivo”, ha explicado sobre la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales.

Muscat ha reiterado también que no habrá negociación hasta que Londres notifique y que una vez que lo hagan, cuatro o cinco semanas después, habrá una nueva cumbre europea de jefes de estado y de gobierno para fijar las directrices que constituirán el mandato negociador para Michel Barnier. El maltés también se ha mostrado partidario de incluir lo máximo posible al Parlamento Europeo en el proceso para evitar que el potencial acuerdo posterior pueda encallar.