Al menos 44 personas murieron ayer en bombardeos sobre la región de Idleb, controlada por la oposición siria. Los ataques, en los que, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH), murieron 6 niños y 11 mujeres, fueron realizados por la aviación del régimen de Bashar el Asad o su aliado, Rusia.

La región de Idleb es en la actualidad junto con Daraa -en el sur, en la frontera con Israel- el último gran bastión en manos de la oposición en Siria. En su territorio hay combatientes tanto del opositor Ejército Libre Sirio (ELS), un paraguas conformado por una infinidad de milicias distintas, como de Hayat Tahrir al Sham, anteriormente conocido como Jabhat al Nusra, o lo que es lo mismo, la filial de Al Qaeda en Siria. Idleb está rodeada por puestos del Ejército turco y forma parte, de hecho, de las zonas de desescalada militar acordadas, hace un año, por Turquía, Rusia e Irán. Pero el conflicto en esta zona no se ha reducido en absoluto. El bombardeo tuvo lugar en la localidad de Zardana, donde, a finales del pasado mes de marzo, a causa de otro bombardeo, murieron 40 personas más.