Los trabajadores de la City de Londres tienen motivos para estar nerviosos. El Banco de Inglaterra calcula que pueden desaparecer 75.000 empleos en el sector financiero a consecuencia de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Una estimación «razonable», según las autoridades de la entidad emisora consultadas por la BBC. La cifra, reconocen, variará dependiendo de los pactos comerciales que se establezcan tras el brexit, pero las pérdidas serán en cualquier caso sustanciales. Muchos de esos empleos se trasladarán a otras ciudades europeas, siendo Fráncfort y París las principales beneficiadas. Algunas entidades ya han comenzado con los cambios de personal al continente europeo. Otras han decidido esperar al año próximo, para ver si el Reino Unido termina pactando un periodo transitorio que permita una salida organizada y suave.

El Banco de Inglaterra ha pedido a bancos y otras instituciones financieras que ultimen sus planes de contingencia para el caso de que el Reino Unido acabe comerciando con la UE bajo las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Esa posibilidad significaría la victoria del brexit duro e implicaría que los bancos y entidades financieras operando en el Reino Unido perderían sus poderes especiales para hacerlo a lo largo de la UE.

DETALLES OCULTOS / La salida en marzo del 2019 afectará a todos los sectores de la economía británica, pero hay datos cruciales sobre el calibre de ese impacto que el Gobierno británico posee y no quiere hacer públicos. El equipo de Theresa May guarda los informes elaborados por distintos departamentos sobre el impacto del brexit en 58 industrias y sectores que cubren el 88% de la economía nacional. Esa información vital es secreta.

La lista de sectores afectados fue publicada por el Departamento para la Salida de la UE (Dexeu) e incluye buena parte de la industria aeroespacial, la agricultura, el petróleo, las farmacéuticas, el turismo y la banca corporativa. El departamento para el brexit se niega a desvelar los detalles, que han reclamado repetidamente conservadores y laboristas. La diputada Seema Malhotra los solicitó invocando el derecho a la libertad de información. El Gobierno no cede escudándose en la necesidad de «un espacio seguro para diseñar y deliberar en privado» las medidas asociadas al brexit. Malhotra considera que se trata de una muestra más de cómo el Gobierno ha decidido dejar «al Parlamento y al público a ciegas» y al margen del proceso negociador.

«El Parlamento no está aquí para darle al Gobierno un cheque en blanco con el brexit, si no para contribuir a lograr el mejor acuerdo para nuestra economía y sociedad», señaló. El Financial Times también reclama claridad y advierte de que «sería irresponsable pedir a la Cámara de los Comunes que vote cualquier futuro acuerdo de brexit sin una clara idea del impacto en la economía».

La falta de avances en las negociaciones y de clarificaciones sobre un posible periodo transitorio impide al sector económico organizarse ante lo impredecible de la salida, a solo 17 meses de que concluya el plazo.

El ministro de Finanzas, Philip Hammond, ha advertido de que el valor de cualquier acuerdo transitorio puede devaluarse si este no se alcanza a principios del próximo año.