Todavía no hay detalles sobre cómo se desarrollará la negociación del 'brexit' -la salida del Reino Unido de la Unión Europea(UE)-, pero el negociador de la Comisión Europea, Michel Barnier, tiene muy claro ya cómo debe ser el calendario. Si la primera ministra británica, Theresa May, cumple lo prometido y activa el artículo 50 del Tratado -que desencadena el proceso- a finales de marzo, el acuerdo deberá cerrarse para octubre del 2018, con tiempo suficiente para que los estados miembros y el Parlamento Europeo ratifiquen el pacto dentro de los dos años previstos.

“Habrá menos de 18 meses para negociar. Si el Reino Unido lo notifica al Consejo a finales de marzo del 2017, las negociaciones podrán empezar unas semanas más tarde y el acuerdo tendrá que estar listo en octubre del 2018”, ha explicado Barnier en la que ha sido su primera comparecencia de prensa desde que asumió el cargo, el pasado 1 de octubre. De esa forma, gobiernos y Eurocámara dispondrán de un plazo de entre cinco y seis meses para culminar la ratificación del acuerdo y concluir el proceso antes de las próximas elecciones europeas, que están previstas en mayo del 2019.

Desde que asumiera el cargo el pasado 1 de octubre, Barnier ya ha visitado 18 países en un 'tour' de capitales preparatorio -este próximo viernes se desplazará a Madrid- que concluirá en enero del próximo año. Un tiempo que ha aprovechado para entrevistarse también con representantes de la Eurocámara, del Tribunal de Justicia de la UE, del Banco Central Europeo, de Europol y del Banco Europeo de Inversiones, y que completará en las próximas semanas con encuentros con miembros del Comité de las Regiones y del Consejo Económico y Social.

Curtido en negociaciones europeas y con una amplia experiencia en Bruselas -ha sido comisario de Política Regional y de Mercado Interior-, el que fuera ministro de Agricultura francés ha explicado que las negociaciones deberían lanzarse y desarrollarse lo antes posible para terminar “con la incertidumbre” política y económica que rodea a la UE desde la victoria del bando del 'brexit' en el referéndum del pasado 23 de junio. “El tiempo es corto” pero “la UE está preparada para recibir la notificación”, ha asegurado.

CUATRO LÍNEAS ROJAS

En inglés y en francés, el excomisario y exministro francés elegido por Jean Claude Juncker para llevar las riendas de la negociación en nombre de Bruselas ha dejado claras cuáles serán sus cuatro líneas rojas. Para empezar, lo primordial será mantener la unidad de los 27, porque “como el futuro se diseña mejor entre todos, es mejor ser solidario que solitario". En segundo lugar, las negociaciones no arrancarán bajo ningún concepto antes de que Londres notifique oficialmente su deseo de abandonar la UE. En tercero, ningún país tercero podrá recibir el mismo trato que un Estado miembro. “Ser miembro de la UE viene con derechos y beneficios. Los terceros países nunca podrán tener los mismos derechos y beneficios porque no están sometidos a las mismas obligaciones”, ha zanjado. Y en cuarto, las cuatro libertades -de circulación de personas, bienes, servicios y capital- son indivisibles y Londres “no podrá elegir a la carta".

Para lograr el mejor resultado posible para los 27 estados miembros, Bruselas ha rodeado a Barnier de una treintena de expertos que serán los encargados de examinar el acervo comunitario e identificar los focos más importantes para la negociación. “Estamos entrando en aguas desconocidas. Será legalmente complejo, habrá incertidumbre política y tendrá importantes consecuencias para nuestras economías y nuestros ciudadanos a ambos lados del canal”, admite el comisario, que se ha mostrado ambiguo y frío ante el acuerdo sobre un período transitorio que pretende lograr Londres. “Mientras no sepamos lo que Londres está preparado para pedir y aceptar no puedo hablar de períodos transitorios. Solo tiene sentido cuando se prepare el camino para la futura relación”, ha zanjado, urgiendo al Gobierno de Theresa May a aclarar lo antes posible qué tipo de relación quiere.