El Tribunal de Distrito de Jerusalén ha sentenciado hoy a cadena perpetua y a 20 años adicionales de cárcel a Yosef Chaim Ben-David, el principal asesino de un adolescente palestino quemado vivo el verano del 2014.

Ben-David y dos cómplices menores de edad secuestraron a Mohamed Abu Jdeir, de 16 años, cerca de su casa, en el barrio de Shuafat, en la parte este de Jerusalén.

El asesino y sus cómplices metieron a Mohamed en un coche, le pegaron con un objeto contundente en la cabeza, lo llevaron al Bosque de Jerusalén y allí siguieron golpeándole de forma brutal. Luego, lo rociaron con gasolina y lo quemaron cuando aún estaba vivo.

El mes pasado, Ben-David fue acusado de cargos de asesinato, secuestro con intención de asesinato y agresión física con daños corporales, después de que el tribunal rechazara su alegación de demencia basada en un informe psiquiátrico.

“El tribunal ha concluido que en el momento en el que se cometió el delito, el acusado no era psicótico, entendía perfectamente los hechos, era responsable de sus acciones, no tenía dificultad para entender la realidad y tenía la capacidad de evitar el crimen”, aseguró un comunicado del Ministerio de Justicia israelí.

INDEMNIZACIÓN

El tribunal ordenó a Ben-David el pago de 150.000 shekels (unos 34.454 euros) a los padres de Abu Jdeir, considerado por Israel como “víctima del terrorismo”. El condenado también tendrá que pagar 20.000 shekels (unos 4.594 euros) a la familia palestina del niño que intentó secuestrar el día antes de raptar a Abu Jdeir.

Antes de que el tribunal anunciara la sentencia, Ben-David ha pedido perdón a la familia de Abu Jdeir, después de que uno de los abogados de la acusación recordara que el asesino confeso no había expresado remordimientos por su crimen.

“Pido perdón por lo que ocurrió. No estaba bajo mi control. Este no es mi carácter y no soy esta clase de hombre. Yo solía trabajar para el servicio de rescate de Zaka (que recoge partes de cadáveres mutilados en ataques) con cuerpos judíos y árabes”, ha afirmado Ben-David.

“Siempre consideré que el respeto hacia los muertos y su imagen humana era sagrado. Pido el perdón de la familia (Abu Jdeir) por todo lo que ocurrió”, ha añadido el asesino.

Cuando fue arrestado en el 2014, Ben-David alegó haber cometido el asesinato en “venganza” por el secuestro y la muerte de tres adolescentes israelíes a manos de dos palestinos en Cisjordania.

PRESIÓN A MENORES

La fiscalía ha subrayado que el acusado presionó a los dos menores para que le ayudaran a secuestrar y asesinar a Abu Jdeir y ha recalcado que Ben-David “cometió actos inconcebibles y repulsivos, actos barbáricos motivados por la venganza”.

“¿Venganza para quien? ¿Para la familia de los (adolescentes judíos) secuestrados que dijeron que no querían venganza?”, ha preguntado el fiscal. Y ha destacado que Ben-David fingió una enfermedad mental e intentó culpar del crimen a los dos menores cómplices.

Cuando el juez ha pronunciado la sentencia se ha producido un clamor en la sala. Según testigos citados por el Canal 10 de la televisión israelí, la familia de Abu Jdeir ha gritado al acusado: “¡Mereces la pena de muerte!

En la entrada del edificio del tribunal, decenas de mujeres con fotografías de Abu Jdeir han esperado el veredicto, que será apelado por la defensa de Ben-David. El padre del asesino ha acusado al tribunal de “haber ignorado la enfermedad mental” de su hijo.