La calma volvió en la noche del miércoles a Ferguson (Misuri) donde por primera vez desde el jueves pasado se vivió una jornada de protesta absolutamente pacífica y sin incidentes, en el día en que el fiscal general de EEUU, Eric Holder, visitó a la comunidad local para apaciguar la tensión.

En la avenida West Florissant de Ferguson, epicentro de las protestas, se concentraron el miércoles menos personas y volvieron a sus casas antes, lo que favoreció una madrugada tranquila sin confrontación y con tan sólo seis arrestos, informó el capitán de la Patrulla de Carreteras de Misuri, Ron Johnson, en una rueda de prensa.

"Hoy ha sido una noche muy buena en Ferguson", consideró el encargado de la seguridad de las protestas por la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un agente, en su habitual comparecencia ante los medios de madrugada para hacer balance de la jornada.

La vuelta a la calma coincidió con una noche de lluvia y truenos en la ciudad, pero como recordó Johnson, la meteorología adversa no fue óbice en jornadas anteriores para que centenares de personas se concentraran en protestas que se saldaron con heridos, saqueos y enfrentamientos.

La pacífica noche en Ferguson tuvo lugar tras la visita de Holder, el primer secretario de Justicia afroamericano de EEUU, enviado por el presidente Barack Obama para visualizar que las autoridades federales han tomado cartas en el asunto y garantizarán una investigación exhaustiva en un contexto de desconfianza de la comunidad hacia los agentes y autoridades locales.

Ferguson, como otros suburbios de la zona, ha visto como en las últimas cuatro décadas su población pasaba a ser mayoritariamente afroamericana, mientras que las autoridades políticas y la policía continúan integradas mayoritariamente por blancos.

Holder se reunió con oficiales, grupos de la comunidad y con los padres de Brown, al tiempo que mostró empatía al asegurar que él ha conocido de primera mano la discriminación racial porque también es "un hombre negro".

En los doce días de protestas que ha vivido Ferguson desde la muerte del joven Michael Brown sólo dos noches han transcurrido en paz: la de hoy y la del pasado jueves cuando la Patrulla de Carreteras relevó a la policía local, a la que se acusaba de actuar de manera desproporcionada y exhibir su militarización.

En la noche del martes lo que pudo haber sido una noche pacífica quedó frustrada al final con el lanzamiento de varias botellas de cristal contra los agentes, incidentes que desencadenaron la dispersión de la protesta y se saldaron con 47 arrestos.

"Los pequeños pasos llevan a grandes pasos. Damos pasos pequeños cada noche", aseguró Johnson, quien subrayó que Ferguson ya ha visto dos madrugadas consecutivas sin gas lacrimógeno, disparos ni cócteles molotov en sus calles.

Esta madrugada hubo "pocos agitadores" en unas protestas en las que el único incidente reportado fue un policía herido leve al ser alcanzado por una botella.

Las autoridades federales tienen en marcha una investigación independiente sobre lo ocurrido el 9 de agosto, cuando el joven Brown murió tiroteado por un agente en circunstancias aún por esclarecer y con versiones contradictorias de la Policía y los testigos.

La oficina del condado de San Luis ha decidido que las evidencias recabadas sobre el incidente sean analizadas por un jurado de investigación, compuesto por 12 personas, que decidirá si hay caso contra el policía autor de los disparos, Darren Wilson, retirado temporalmente de ese cuerpo de seguridad.

La presentación de las pruebas a este jurado podría prolongarse hasta octubre, según señaló el fiscal del condado, Bob McCulloch, quien ha sido criticado por algunos activistas que cuestionan su imparcialidad en casos con tintes raciales en el pasado.