El equipo vietnamita que participa en la búsqueda del Boeing 777-200 de Malaysia Airlines desaparecido este sábado con 239 personas a bordo ha localizado dos grandes manchas de aceite en la zona del Golfo de Tailandia donde se cree que cayó el aparato. El hallazgo se ha producido poco antes de que los equipos de rescate decidieran suspender la búsqueda, que se reanudará este domingo al amanecer.

El Departamento de Aviación Civil de Vietnam ha explicado en un comunicado que las manchas de aceite avistadas por un avión de reconocimiento son de 10 y 15 kilómetros de largo, respectivamente, y tienen similitud con las que dejaría el carburante de la nave desaparecida. El residuo óleo se encuentra en el sur de la isla de Tho Chu, en el Golfo de Tailandia.

La Armada de Malasia permanece en contacto con las autoridades de Vietnam para confirmar la posible localización del accidente, donde Malasia, Vietnam y Singapur han enviado embarcaciones y medios aéreos. China mantiene ocho buques en alerta y a la espera de órdenes, además de una flotilla aérea preparada para despegar hacia la zona. Y Estados Unidos ha enviado al destructor con misiles guiados USS Pinckney y un avión de vigilancia naval P-3C a la zona.

Accidente no confirmado oficialmente

Malaysia Airlines y las autoridades malasias han evitado de momento confirmar el accidente que, según la Marina vietnamita, ocurrió a unos 300 kilómetros de la isla de Tho Chu. Ello ha avivado la confusión y la angustia entre los familiares de los pasajeros del vuelo MH370, que salíó de Kuala Lumpur a las 00.41 hora local (17.41 horas del viernes) y que debía llegar a Pekín seis horas más tarde.

En el avión viajaban 227 pasajeros, incluidos dos menores, y una tripulación de 12 personas, todos de 14 nacionalidades distintas. Según la última lista ofrecida por la aerolínea los pasajeros son 154 chinos/taiwaneses, 38 malasios, 7 indonesios, 6 australianos, 5 indios, 4 franceses, 3 estadounidenses, 2 neozelandeses, 2 ucranianos, 2 canadienses, 1 ruso, 1 holandés y 1 austriaco. Un italiano que figuraba en la lista de pasajeros no llegó a embarcar. Malasya Airlines ha hecho públicos los nombres de los viajeros una vez ha podido contactar con todos los familiares.

Las familias siguen confinadas en un hotel de Pekín y esperan con nervios y ansiedad que la aerolínea les informe sobre la situación de sus seres queridos. Malaysia Airlines les trasladó desde el aeropuerto al hotel cuando se confirmó que el avión había perdido el contacto con la torre de control de tráfico aéreo de Subang a las 02.40 hora local (07.40 de este sábado en España).

"Mucha desinformación"

En una rueda de prensa en el hotel, un portavoz de la aerolínea, que se limitó a leer un comunicado que la compañía ya había publicado previamente en su página web y no aceptó preguntas, declaró que los familiares "están siendo informados de la situación en todo momento". Sin embargo, las pocas personas que han abandonado puntualmente la sala han declarado a la prensa que "había mucha desinformación" y que "no sabían nada" sobre las circunstancias de la desaparición del avión y de sus seres queridos.

Según la agencia oficial Xinhua, hay unos 120 familiares en el recinto, y uno de ellos aseguró que "ningún representante de la compañía ha ido a calmarles o a dar novedades sobre lo que sucedió". Otra familiar, una mujer de Tianjin cuyo marido viajaba en el avión, se lamentaba de lo ocurrido y aseguraba que su hijo pequeño "no puede vivir sin padre". Destacó, además, que la compañía aérea "solamente dio un papel con el comunicado oficial, nada más".

En realidad muy pocos de los confinados han entrado o salido de los salones del hotel, un recinto escoltado por una fuerte seguridad y rodeado de centenares de periodistas mayoritariamente de medios chinos. En la entrada del hotel hay varias ambulancias, así como grupos de psicólogos.

El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, ha destacado que el Gobierno está "muy preocupado" por la desaparición del avión, y ha expresado su deseo de que "todo el mundo a bordo esté sano y salvo". A medida que avanzan las horas y la compañía no informa de hallazgos, este último deseo parece cada vez más difícil de hacerse realidad, aunque los familiares y amigos intentan no perder la esperanza.