Las calles de la ciudad de Buenos Aires y los principales distritos urbanos de la Argentina se convirtieron hoy otra vez en el escenario de una larga disputa entre parte del movimiento sindical y Cristina Fernández de Kirchner. La presidenta enfrenta su tercera huelga en siete años de Gobierno. Acompañados por grupos de izquierda, que decidieron cortar todas las vías de acceso a la Capital Federal, los sindicatos controlados por distintas expresiones del peronismo adoptaron esta nueva medida de fuerza en rechazo a la política impositiva que recorta los salarios altos y medios.

Desde horas tempranas, la ciudad de Buenos Aires se pareció a un día feriado. No funcionaban el transporte urbano ni los trenes. Por la mañana circulaban pocos taxis. Los aeropuertos no tuvieron movimiento por la mañana. En la noche del lunes no se recolectó la basura. No abrieron los bancos. La actividad portuaria se restringió al mínimo. En los hospitales solo se atendían emergencias

“El Impuesto a las Ganancias afecta a aproximadamente el 10% de los trabajadores, que son los que más ganan”, dijo el ministro de Economía, Axel Kicillof. Y agregó: “Hay gente que tiene salarios más elevados y hace una contribución a los que tienen la desgracia de ser los más vulnerables. Esos recursos no es que van al Estado, sino para sostener la política de Estado, por eso parecería un ataque a la política de Estado pedir que se exima de Impuesto a las Ganancias”.

La huelga es liderada por dos centrales sindicales y los trabajadores estatales. Pero esta vez, algunos sindicatos alineados con el Gobierno se abstuvieron de criticar a sus colegas. El cartel “Maldito impuesto al trabajo" que se pegó en numerosas avenidas de la ciudad era en rigor suscrito por kirchneristas y antikircheristas.

La protesta se realiza en vísperas de las discusiones salariales entre obreros y patrones. Se esperan negociaciones complejas porque nadie sabe qué indicador de la inflación se tomará. El año pasado cerró con un aumento del coste de la vida que va del 25% al 36,7%, según las consultoras.

La huelga tiene como trasfondo inevitable la disputa dentro del peronismo de cara a los comicios presidenciales de octubre. Muchos de los “caciques” sindicales todavía no expresaron abiertamente si se inclinarán por el candidato que heredará al kirchnerismo (puede ser el gobernador bonaerense Daniel Scioli o el ministro de Transporte, Florencio Randazzo), apoyarán al peronista disidente Sergio Massa o al conservador alcalde capitalino, Mauricio Macri.