Son, desde que empezó la última ola de bombardeos, 300. Son 300 personas en cuatro días, en una pequeña región, Guta, al este de la capital de Siria, Damasco. Son 300 muertos —27 ayer— y no son solo un número. Tienen nombres y apellidos: «Saeed Shaker, Bashir Taha, Maryam Shaker, Bint Hussein», enumera un activista y opositor sirio.

El pasado domingo, el régimen de Damasco empezó una ofensiva aérea sobre la región, uno de los últimos reductos controlados por la oposición en Siria y el último en la provincia de Damasco. Tras la ofensiva por aire, ha anunciado el Ejército de Asad, vendrá la terrestre: el objetivo es conquistar definitivamente la zona, sitiada desde el 2013.

«Marwa Younis, Issa Kaback, Abd al-Salam Khalaf, 17 cadáveres sin identificar, Hilal Abdel Rahim». Además de las bombas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las fuerzas del dictador sirio, Bashar el Asad, atacaron Guta con barriles explosivos. Este arma mata indiscriminadamente. Su uso ha sido duramente criticado por la ONU y las agencias internacionales.

Ocho hospitales han sido bombardeados en los últimos días. No hay sitio donde las 400.000 personas atrapadas en Guta puedan esconderse. «Estamos esperando nuestro turno para morir. Todo el mundo vive en refugios, sin poder salir. No tenemos comida. No hay mercados», ha dicho a Reuters Bilal Abu Salah, cuya mujer está embarazada de cinco meses.

«Mohammed Shamo y Nada Babara (mujer de Mohammed Shamo). Wiam, Lina, Zaid, Taqi, Afaf (hijos de Shamo y Babara). Familia entera», sigue el activista.

Las fuerzas de Asad anunciaron ayer que lo que está pasando son solo bombardeos preliminares, con los que preparan el terreno para la ofensiva terrestre. Asad y Rusia —la mejor aliada de Damasco— niegan estar atacando a los civiles, pero las imágenes que llegan de la región lo desmienten.

El Comité internacional de la Cruz Roja ha pedido el cese de hostilidades y que Damasco les deje entrar en Guta. «La gente herida muere porque no tiene donde curarse ni adónde huir. Esta locura tiene que parar. Los civiles no deben ser atacados», dijo Marianne Gasser, directora de la organización en Siria. «Ahmed Hasan al-Hallak, Marwan Obeid, Mohammad Khair Ramadan, Asmaa al-Jroudi, muerta un día después del bombardeo por heridas».

Los bombardeos de estos últimos días han sido los más intensos sobre Guta desde el inicio de la revolución, hace siete años. «Bilal Ajaj, cuerpo no identificado, Hisham Eid, Israa Abdo».