Las autoridades de Corea del Sur han atendido las peticiones de la fiscalía y han detenido este viernes a última hora (primera hora del sábado en Seúl) al capitán del barco hundido con 475 personas a bordo, la mayoría estudiantes de bachillerato. El último balance oficial es el de 28 muertos y 268 desaparecidos y a medida que pasan las horas caen las posibilidades de encontrar supervivientes.

Lee Joon-Seok, de 52 años, está en el ojo del huracán después de que los supervivientes le acusaran de ser de los primeros en abandonar el barco. El capitán del 'Sewol' afronta cinco acusaciones; entre ellas la de negligencia y la de violar la legislación del mar, según ha informado la agencia surcoreana Yonhap. Los otros tres cargos son abandonar el barco antes de poner a salvo a los pasajeros, causar daños y no haber pedido ayuda a otros barcos.

Si la justicia le considera culpable, el capitán afrontará una condena que puede ir de los cinco años de cárcel a cadena perpetua.

La gestión del rescate y el desarrollo de los acontecimientos ha irritado seriamente a las familias de las víctimas, que han acusado de incompetencia a la tripulación, a los servicios de emergencia y a las autoridades.