"Jim está libre de un cautiverio terrible y cruel. Eso nos da consuelo. Es aún duro para la familia y sus amigos, porque murió demasiado joven y tenía mucho por hacer. Pero los amigos, los colegas que entendían los que hacía y Dios nos dan fuerza".

Diane Foley, madre de James Foley, el periodista norteamericano ejecutado en agosto a los 40 años por el grupo criminal del Estado Islámico, ha mostrado este martes en Barcelona una sensacional entereza al recordar a su hijo, exponer la pasión que mostraba por su trabajo y criticar el desdén con que les trató la administración norteamericana durante el secuestro de casi dos años.

Lo ha hecho en el Col.legi de Periodistes de Catalunya, donde acompañada de Marc Marginedas, Javier Espinosa y Ricard García Vilanova, tres periodistas que compartieron secuestro con Foley en Siria, ha presentado la fundación que lleva su nombre (jamesfoleyfund.org), que entre otras cosas pretende concienciar en EEUU sobre el valor de la labor de los reporteros en países en guerra y presionar a la Casa Blanca, mande quien mande, para que preste atención a los periodistas y trabajadores humanitarios en zonas de conflicto.

"Jim no pareció ser nunca una gran prioridad para nuestro Gobierno", ha dicho sin perceptible ira. No ha sido el único reproche a la administración de Barack Obama. "Ojalá mi gobierno hubiera estado dispuesto a negociar con el enemigo, hablar con ellos, como hicieron otros países. Sin embargo, el Estado Islámico es un grupo muy brutal, que odia a EEUU y Gran Bretaña. Nunca se sabe si mi hijo estaría vivo".

PAGAR RESCATES

En este sentido, Diane Foley no ha querido entrar a valorar si los Estados deben pagar rescate por sus ciudadanos secuestrados. "Sé que es un asunto muy complejo y nosotros solo somos una familia que ha perdido un hijo. Pero lo que sí esperamos es que en Occidente se estimule una conversación al respecto. Cada país lo hace distinto. Es importante que la comunidad mundial discuta sobre ello, porque es un problema mundial, y hable de cómo proteger a las familias de periodistas capturados. Queremos estimular ese debate. Pero la respuesta no debemos proporcionarla nosotros".

James Foley fue el primer periodista que sufrió la decapitación y todo la operación de propaganda llevada a cabo por el Estado Islámico. Luego se produjeron unos cuantos más. Siempre con el mismo macabro ritual.