Perdida Mosul y con Raqqa rodeada por la milicia kurdoárabe apoyada por EEUU, los yihadistas del Estado Islámico se han quedado sin los dos grandes bastiones urbanos de su autoproclamado califato. Conscientes de que la caída de ambas plazas era inevitable, los líderes del grupo terrorista, con Abú Bakr el Baghdadi, que se bautizó a sí mismo como 'califa' Ibrahim, a la cabeza, abandonaron esos lugares y se replegaron hace unos meses a un emplazamiento más seguro. En concreto, se cree que Al Baghdadi abandonó Mosul en enero de este año.

Fuentes de inteligencia citadas por medios estadounidenses señalan que buena parte de la cúpula del Estado Islámico se ha desplazado a la región siria de Deir Ezzor, que aún sigue bajo control del grupo yihadista. En concreto, el cuartel general del ente yihadista se ha instalado en Al Mayadin, una ciudad ubicada en la orilla del río Éufrates y que antes de la guerra tenía una población de unos 50.000 habitantes.

La 'mudanza' comenzó en agosto del 2016, cuando se comenzó a trasladar a los líderes del Estado Islámico y a sus familias a esa ciudad, según el International Center for the Study of the Violent Exdtremism. Más tarde, entre febero y marzo pasados, la cúpula del EI ordenó a los responsables de los distintos departamentos del Gobierno del califato que cobraran todos los impuestos y multas pendientes. Conforme se iba recaudando el dinero se iba reenviando en convoyes que salían semanalmente hacia Al Mayadin. Ahí se trasladaron también todas las reservas de dinero de que disponía el 'califato'. Cientos de combatientes del EI y de sus familias partieron también de Raqqa con destino a esa ciudad.

Al Mayadin es ahora el lugar donde el EI, según fuentes citadas por 'The New York Times', ha instalado su principal centro de propaganda y reclutamiento por internet, un instrumento clave en la estrategia del grupo.

INTENSOS BOMBARDEOS

Por eso, desde hace meses, los aviones de combate de la coalición contra el Estado Islámico bombardean Al Mayadin, provocando en muchos casos la muerte civiles, como en abril, cuando un ataque causó 106 muertos, entre ellos 42 niños.

Aunque en las orillas del río bíblico florece la vegetación, a pocos kilómetros de sus dos orillas aparece un inacabable desierto que se extiende hasta el interior de Irak por la provincia de Al Qaim, también bajo control yihadista. Una zona vastísima y muy difícil de controlar militarmente. El escenario perfecto para el tipo de estrategia que, según los expertos, va a aplicar a partir de ahora un Estado Islámico cada vez más acorralado. Los expertos apuntan a que el EI, en lugar de intentar controlar un territorio, se va a entregar ahora a la guerra de guerrillas y a los atentados. "En Irak, el Estado Islámico va a pasar al terrorismo y a la insurgencia", explica a la agencia France Presse David Witty, analista y coronel retirado de las fuerzas especiales estadounidenses.