El Gobierno de Estados Unidos alertó hoy a Corea del Norte de que su último ensayo de un misil balístico no es la vía hacia un posible diálogo y consideró ese test un "mensaje" hacia el nuevo Ejecutivo surcoreano, favorable a un mayor acercamiento a Pyongyang.

"Lo que vamos a hacer es seguir apretando las tuercas" a Corea del Norte, afirmó la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, en una entrevista en la cadena ABC.

A comienzos de mes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en una entrevista que estaba dispuesto a reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un, "bajo las circunstancias adecuadas", aunque el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, matizó después que las condiciones para que ese encuentro sea posible no se dan actualmente.

Por su parte, este sábado una diplomática norcoreana de alto nivel indicó que Pyongyang dialogaría con Washington "bajo las condiciones apropiadas".

Pero Haley dejó claro hoy que el nuevo ensayo norcoreano "no es la manera de sentarse (a dialogar) con el presidente (Trump)".

"Hasta que él (Kim) no cumpla nuestras condiciones, no vamos a sentarnos con él", zanjó la embajadora estadounidense.

Poco después de la nueva prueba norcoreana, que siguió a otra realizada hace dos semanas, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que manifestó que esta última "provocación" del régimen de Kim Jong-un debe servir de "llamamiento a todas las naciones a implementar sanciones mucho más fuertes".

El test se produjo en medio de las crecientes llamadas de la comunidad internacional -incluida China, principal aliada de Pyongyang- al cese de los programas norcoreanos nuclear y de misiles y cinco días después de que asumiera el cargo el nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in.

El proyectil fue lanzado a las 05.27 hora local de hoy (20.27 GMT del sábado) desde la localidad de Kusong, al noroeste del país, y recorrió entre 700 y 800 kilómetros antes de caer en aguas del mar de Japón, según un comunicado del Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur.

De acuerdo con la Casa Blanca, Trump, quien fue informado enseguida del nuevo ensayo norcoreano, "no puede imaginar que Rusia esté satisfecha" con lo ocurrido, pues el proyectil cayó cerca de su territorio.