Las promesas de un nuevo Gobierno que anoche hizo el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, no son suficientes para los ciudadanos, que ayer viernes protagonizaron las protestas más masivas que se recuerdan en el país para exigir el fin del régimen del presidente, que lleva más de 30 años en el poder. Miles de ciudadanos han desafiado el toque de queda, que el Ministerio de Defensa ha ampliado desde las 16.00 horas (una hora menos en la Península) hasta las 08.00 horas del domingo y han vuelto este sábado a tomar las calles de las principales ciudades del país. Los manifestantes desconfían de las promesas de Mubarak e insisten en reclamar, no un cambio de Gobierno como el anunciado por el presidente, sino la dimisión de este y la caída del régimen. A todo esto, el Ejecutivo que encabezaba el primer ministro, Ahmed Nazif, ha presentado ya su renuncia.

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Las protestas, que han arrancado desde primeras horas del día, han ido ganando intensidad. En El Cairo, la cadena de televisión Al Jazira ha informado que el Ejército, que ha sacado los tanques a la calle y ha sustituido a la policía en las labores de represión de la protesta, ha matado al menos a tres manifestantes que han intentado acceder al Ministerio de Interior. Este edificio gubernamental está siendo escenario de enfrentamientos. Un grupo de personas ha disparado con armas automáticas contra el edificio, según han informado fuentes de los servicios de seguridad que no han podido identificar a los autores del ataque.

DISPAROS AL AIRE

Los disparos procedían de zonas cercanas al ministerio y han sido respondidos por disparos de los agentes que custodian el edificio, en el centro de la capital. El incidente cesó cuando el Ejército envió tanquetas a la zona para cortar los accesos. El centro de El Cairo está fuertemente vigilado por el Ejército, que actúa con mucho nerviosismo y encañona a los vehículos que le resultan sospechosos.

Los militares también han echado mano de los tanques y de disparos al aire para dispersar a cientos de personas que han intentado entrar en el Banco Central, según ha explicado un testigo.

Las protestas de hoy se viven, sin embargo, con incertidumbre ya que el Ejército, armado y con los tanques en la calle, ha sustituido a la policía en las labores de represión de las manifestaciones. Nadie sabe qué puede pasar en previsibles enfrentamientos entre ciudadanos y soldados armados. Cientos de personas rodean la céntrica plaza Tahir, epicentro de las manifestaciones, a pesar de que las fuerzas del orden bloquean los accesos. Cerca de la plaza, frente al edificio del Parlamento, fuertemente custodiado, se han concentrado grupos de manifestantes y los soldados han realizado varios disparos al aire para impedirles acercarse al edificio.

"GRAN DECEPCIÓN"

El Nobel de la Paz y exlíder de la agencia internacional de la energía nuclear (OIEA) Mohamed el Baradei, que regresó el jueves a Egipto para liderar el movimiento opositor, continúa bajo arresto domiciliario. En declaraciones a la cadena de televisión France 24, Baradei ha señalado que Mubarak "debe partir" y considera que el discurso del presidente, en el que no se refirió a su dimisión, fue "prácticamente un insulto a la inteligencia de la gente". A juicio del líder de la Asamblea Nacional para el Cambio, las palabras de Mubarak han sido "insultantes, una verdadera provocación y una gran decepción".

También el partido opositor Hermanos Musulmanes ha manifestado su insatisfacción con el discurso de Mubarak y ha señalado que la destitución del Gobierno es "solo un paso", previo a aceptar las reivindicaciones de la oposición y del pueblo. "El cambio del Gobierno no es el objetivo fundamental, ya que hay un conjunto de reivindicaciones que piden las fuerzas políticas, como la derogación de la ley de emergencia, la disolución del Parlamento y elecciones libres y limpias", ha señalado Walid Shalabi, asesor del líder supremo del grupo, Ezzat el Badia. En la sede del movimiento, que está ilegalizado pero semitolerado por el régimen, Shalabi ha recordado que los egipcios reclaman "obtener libertades públicas y juzgar a los corruptos".