Cuba está dejando poco a poco de ser un país aislado del mundo. No solo por los cambios que permiten a los cubanos salir legalmente del país, sino principalmente por la mejora del acceso a internet y la irrupción de las nuevas tecnologías. Entre las nuevas generaciones de cubanos, siempre en busca de esas esquinas o plazas donde hay suficiente señal para que el wifi funcione, está surgiendo una camada de blogueros y youtubers que cuentan el país con una mirada diferente a los medios oficialistas aprovechando las rendijas de una censura que se ha ido relajando. Youtubers como Pedro Vieitía, un estudiante de ingeniería de 23 años que abrió su propio canal en Youtube en el 2015. «En Cuba todo el mundo dice ‘no quiero hablar de esto, no quiero hablar de lo otro’, pero tenemos que hablar para que se conozca la realidad cubana», dice en un café del Vedado.

Vieitía viste como cualquier otro chaval y cuando sonríe se parece a Cristiano Ronaldo, al que en Cuba conocen bien porque los partidos de la Liga española llegan a través del pakete, discos duros con un terabyte de información que se distribuye semanalmente e incluye desde películas de estreno a telediarios de otros países o deporte. Todo pirateado y técnicamente ilegal, pero permite a los cubanos ver vídeo sin desesperarse para descargar una serie o un partido, misión casi imposible. El pakete incluye a muchos youtubers cubanos como Vieitía, que se hace llamar en la red Pedrito el Paketero y trata de mostrar el país desde el humor.

Muchos de sus vídeos son totalmente inofensivos, como ese en el que sale a la calle para preguntar qué significa «arroz con mango», una expresión para reflejar un lío monumental. Pero unos pocos son más peliagudos, como aquel en el que inquiría: «Elecciones en Cuba: ¿democracia o falsedad?». «Es necesario hablar, pero lo hago con tacto y mesura porque no quiero meterme en problemas», asegura Vieitía. A su alrededor está viendo cómo todo cambia rápido. Su madre dejó el trabajo de médico para abrir una peluquería, donde gana más dinero. Su padre, que también era médico, se dedica a importar ropa desde Guayana. Y entre sus amigos se impone un individualismo nuevo. «Yo diría que los cubanos hoy están enfocados en sí mismos, en su familia y en su bienestar. Si hay descontento es por la necesidad. Gran parte de los universitarios quieren salir fuera a hacer un posgrado o quedarse a vivir».

El derrumbe de la Unión Soviética dejó a Cuba sin su principal benefactor y dejó en los huesos la economía, cuando ya la fe revolucionaria empezaba a flaquear tras varias décadas de utopía. El estándar de vida se desplomó y desde entonces el sistema ha tratado de reinventarse. Antes los cubanos no necesitaban mucho porque no había qué comprar y lo necesario era gratuito o estaba muy subsidiado. «El relevo en la presidencia es bueno. Ese era el concepto de Revolución de Fidel, cambiar todo lo que se tenga que cambiar. Y Cuba ha mejorado muchísimo en los últimos años», dice Vieitía.