Tras un breve e inusual periodo de mutismo, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha sacado la artillera verbal a pasear este viernes en un mitin celebrado en Estambul y ha cargado contra una diana habitual: la Unión Europea. El motivo ha sido el requisito de Bruselas de que Ankara acote su definición de terrorismo como uno de las condiciones para poder optar al levantamiento de visados en el espacio Schengen para algunos ciudadanos turcos, una de las contrapartidas para Turquía por el sucio papel que le designa el cuestionable acuerdo migratorio con Bruselas.

“Nosotros iremos por nuestro camino y ustedes, por el suyo”, ha dicho el mandatario turco, dirigiéndose a la Unión Europea. “La UE nos dice que cambiemos nuestra ley para combatir el terrorismo.Ellos permiten que los terroristas planten sus tiendas (en Bruselas) y después vienen con exigencias”, ha apuntado Erdogan, en referencia a la reciente acampada en Bruselas de simpatizantes de la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que solo fue evacuada tras protestar Turquía. "¿Por qué no cambiáis vuestra mentalidad de permitir que los terroristas acampen cerca del Parlamento Europeo?", ha continuado el líder turco.

Desde que las negociaciones de paz con el PKK saltaron por los aires en julio del pasado año, los enfrentamientos entre el Estado y el grupo armado kurdo han dejado centenares de víctimas en ambos bandos. Además, Turquía también ha sido escenario de ataques terroristas atribuidos al Estado Islámico.

AUTORITARISMO CRECIENTE

Asimismo, Erdogan, que en los últimos meses ha demostrado un creciente autoritarismo, urgió a que se adopten reformas que le otorgarán más poder, como la de la Constitución, que permita crear un sistema presidencialista en el que la Jefatura de Estado tenga poder Ejecutivo de iure (lo tiene de facto desde la llegada de Erdogan).

Las declaraciones se producen un día después del anuncio derenuncia del primer ministro, Ahmet Davutoglu, un académico y exministro de Asuntos Exteriores que sucedió a Erdogan en el cargo cuando este fue elegido en las urnas como jefe de Estado a mediados de 2014. Sin embargo, Davutoglu(una cara más amable del régimen turco) no ha satisfecho las expectativas del presidente. Además de ser el jefe del Gobierno, Davutoglu preside el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista cada vez menos moderado), un grupo político que cofundó Erdogan y sobre el que este sigue ejerciendo una tremenda influencia, a pesar de las exigencias constitucionales de su actual cargo.