A Manal al-Sharif se la veía nerviosa al volante. Era el 17 de junio 2011 y, para protestar, decidió subirse al coche. Normalmente, como mujer, estaba obligada a sentarse en los asientos de detrás o al lado del conductor. Pero ese día no: decidió ponerse detrás del volante y conducir, aunque fuese por una carretera poco transitada, para demostrarles a las autoridades saudíes que podía hacerlo. Que una mujer tiene el derecho, si quiere, de conducir.

Cuando lo hizo, Al-Sharif, una de las activistas de defensa de los derechos de las mujeres más conocida en Arabia Saudí, fue de las primeras que se atrevían. Decidió colgarlo en internet, para que todo el mundo pudiese verlo. Justo después fue detenida, junto con otras compañeras suyas que se sumaron a la protesta.

Este martes, sin embargo, el Gobierno de Arabia Saudí ha decidido permitir que las mujeres saudíes puedan conducir; seis años después de que Al-Sharif y muchas otras lo hiciesen. El país del golfo Pérsico era el único territorio del mundo con una ley como esta.

«El 26 de setiembre marca el fin de una de las leyes más draconianas de la historia moderna. Pero nosotras seguiremos activas para observar cómo se implementa la ley. No pedimos nada menos que la igualdad total entre mujeres y hombres», ha escrito este miércoles en las redes esta activista, que aún así avisa de que queda mucho campo para recorrer en lo que a los derechos de las mujeres saudíes refiere.

«Mujeres que hicieron campaña contra la prohibición de conducir perdieron su libertad, su trabajo y su seguridad. Han sido acosadas, encarceladas y sus familias han sido perseguidas. Han sido insultadas y atacadas», denuncia Al-Sharif, que, como la mayoría de mujeres saudíes, aún con todo, está contenta con haber ganado esta batalla.

Apertura gubernamental

Este cambio, que permitirá que las mujeres puedan conducir sus propios coches a partir de junio de 2018, es, según los analistas, gracias al príncipe heredero del trono saudí, Mohamed Bin Salmán, que busca que las mujeres tengan un mayor papel en la economía del país, demasiado dependiente de las exportaciones de petróleo. Hace unos meses, de hecho, se eliminó la ley que obligaba a que las mujeres que quisieran trabajar pidieran un permiso especial a sus maridos o familiares (sus tutores legales). Muchas empresas, sin embargo, siguen pidiéndolo.

«Estoy súper contenta de que por fin nos hayan permitido conducir. Es algo muy positivo y un muy buen cambio. Sobretodo porque será mucho más seguro que ahora, cuando a veces tenemos que ir en coche con hombres que no conocemos», dice Leen, una joven universitaria saudí a EL PERIÓDICO DE CATALUÑA. Como la gran mayoría de las mujeres de su país, esta chica no entendía como podía ser que Arabia Saudí fuese el único en todo el mundo donde las mujeres tenían prohibido conducir, y espera que este cambio sirva para que, luego, vengan muchos más.

«Es una gran oportunidad para las mujeres saudíes. Espero que en el futuro tengamos más cambios. Así nuestras vidas serán más fáciles y mejores», dice Leen, que aún así se muestra cauta: «Hace tiempo que deseaba que pudiésemos conducir, pero nunca protesté porque esto, aquí, no sirve de nada. Es sólo una pérdida de tiempo», asegura.

Y aún así, desde que se impuso esta prohibición en 1990, muchas saudíes han cogido sus coches para forzar al Gobierno a la apertura. Este país, creado tras la primera guerra mundial por la familia de los Saúd —de ahí viene el nombre Saudí, «la Arabia de los Saúd»— sigue una versión del islam suní ultraconservadora, y es uno de los más restrictivos del mundo en materia de libertades civiles. En la esfera internacional, así, se interpreta este gesto como una forma de apertura del régimen y un acercamiento, por lo tanto, a sus aliados occidentales.

«Doy la bienvenida al gesto de Arabia Saudí de eliminar la prohibición a que las mujeres conduzcan. Un paso importante en la dirección correcta», ha dicho este miércoles el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. Un deseo al que se suma la activista saudí Manal al-Sharif: «Lucharemos por más cambios. La lluvia empieza con una sola gota!».