La derecha y la extrema derecha francesas se hacen fuertes contra el socialista Hollande cada vez que el terror yihadista irrumpe en el país. El asesinato de un cura a manos de fanáticos del Estado Islámico el martes en la localidad de Saint Etienne Du Rouvray ha vuelto a servir de munición contra el presidente francés de manos de sus opositores, el expresidente conservador Nicolas Sarkozy y la líder del Frente Nacional, la ultraderechista Marine Le Pen, que le acusan de laxo e incompetente en la lucha antiterrorista.

El expresidente Nicolas Sarkozy, que opta a representar al partido conservador en las próximas elecciones presidenciales, ha aprovechado para acusar al Gobierno socialista de ser "suave" en política antiterrorista. "Debemos ser despiadados", ha asegurado Sarkozy para añadir: "Los pretextos para acciones insuficientes no son aceptables". El candidato conservador ha instado al Gobierno a aplicar, sin retraso, las propuestas presentadas hace unos meses. "No hay más tiempo que perder", ha sentenciado. Sarkozy planteó someter a todos los islamistas sospechosos a un control de seguridad para evitar potenciales ataques.

La líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, que también se presentará a las próximas presidenciales, no solo ha cargado contra la gestión de Hollande sino también contra la formación de Sarkozy a través de Twitter: "Los que nos han gobernado durante 30 años soportan una gran responsabilidad. Es repulsivo ver cómo se pelean".

AMENAZA "MUY ALTA"

El presidente francés, François Hollande, desplazado hasta el lugar del asesinato del sacerdote, ha declarado que el Estado Islámico ha declarado la guerra a Francia, que debe usar todo lo que la ley ofrece para luchar contra este grupo. "Es un ataque terrosita espantoso", ha asegurado Hollande para confirmar que los atacantes han expresado su lealtad al Estado Islámico. "La amenaza continúa siendo muy alta", ha reconocido el presidente francés.

Hollande ha llamado por teléfono al Papa Francisco para expresarle sus condolencias por la muerte del padre Jacques Hamel en el ataque ocurrido este martes en Normandía y le ha prometido que hará "todo lo posible" para proteger los lugares de culto.

"UNA MUERTE BÁRBARA"

El Papa Francisco ha condenado el atentado al describirlo como"una muerte bárbara" en un lugar "sagrado donde se anuncia el amor de Dios". El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, también se ha pronunciado: "El hecho de que este episodio se haya producido en una iglesia, con el asesinato de un sacerdote, un ministro de Dios, y haya afectado a cuestiones de fe, es algo que nos afecta profundamente".

Los obispos franceses han pedido que "nadie se deje llevar por el odio y la violencia" tras el ataque terrorista perpetrado este martes contra una iglesia de Normandía.

La Casa Blanca también ha condenado el ataque y ha elogiado a la policía francesa por su "rápida y decisiva respuesta".