El periodo revolucionario que atravesó Rusia hace exactamente un siglo convirtió a una monarquía semiabsolutista,confesional, donde un 80% de la población había vivido en régimen de servidumbre hasta tan solo cinco décadas antes, en un estado ateo, revolucionario, donde no existía la propiedad privada.Arrancó el 8 de marzo de 1917, el 23 de febrero según el calendario juliano vigente entonces, en plena contienda mundial.

La primera guerra mundial, que había estallado casi tres añosantes, en la que el Imperio ruso se había alineado con Francia y Gran Bretaña en contra de los imperios centrales -Alemania y Austria-Hungría-, estaba resultando desastrosa para la credibilidad del régimen zarista y del monarca Nicolás II.

Las derrotas en el frente bélico se sucedían, mientras que en la retaguardia la escasez de alimentos minaba la moral de la población civil. Tres millones de personas habían perdido la vida desde el inicio de las hostilidades, y los comandantes del Ejército imperial daban muestras evidentes de incompetencia.

LLUVIA SOBRE MOJADO

En realidad, solo llovía sobre mojado. Desde su llegada al poder, en 1894, el zar Nicolás II, había intentado mantener el carácter autocrático del régimen contra viento y marea, pese a carecer del fuerte carácter de su padre, Alejandro III, y pese a hallarse a contracorriente de lo que sucedia en aquellos momentos en el continente europeo, donde régimenes democráticos y liberales se iban poco a poco imponiendo. Las sucesivas Dumas (Parlamentos) con limitadas atribuciones creadas para liberalizar el régimen acababan siendo disueltas.

Ese 8 de marzo de 1917, miles de mujeres salieron a la calle pidiendo pan y protestando contra el racionamiento de alimentos, una protesta que en seguida se extendió al sector industrial de Petrogrado y que se convirtió en huelgas generalizadas en las que participaron decenas de miles de personas.

El 10 de marzo, -25 de febrero, segun el calendario ruso- grupos de obreros tomaron varios cuarteles de policia y nombraron a representantes para el 'Soviet' (consejo) de trabajadores de Petrogrado. Comenzaban así a formarse los 'soviets', un poder paralelo a las autoridades que tomarían las riendas del país tras la abdicación de Nicolás II y que tan decisivos serían para el triunfo, ocho meses después, de los bolcheviques.

Un día después, el zar ordenó a las tropas de la guarnición militar petrogradense salir a las calles para acabar con la protesta, autorizándolas incluso a abrir fuego. Tras episodios de violenciacon muertos, el Ejército cambió de bando y se puso del lado de los manifestantes, lo que obligó a Nicolás II a abdicar el 15 de marzo.

La dinastía Romanov, que había gobernado el país con mano de hierro desde 1613, abandonaba para siempre los asuntos de Estado, mientras sus miembros buscaban fórmulas para huir del país y ponerse a salvo de la cada vez más creciente ira popular.

En sustitución del zar, fue nombrado un Gobierno Provisional, de carácter liberal y burgués, que de inmediato anunció reformas democratizadoras, como la abolición de la pena capital, la libertad de expresión, de asamblea, el sufragio universal y derechos linguísticos al sinfín de nacionalidades que componían el imperio. La vorágine revolucionaria que se había desatado en Rusia acabó por devorarlo, meses después.