Miles de civiles huyen de los avances de las fuerzas del régimen del presidente sirio, Bashar el Asad, en su ofensiva contra la región de Guta Oriental, hasta ahora en manos de los rebeldes.

Las fuerzas progubernamentales sirias consiguieron ayer controlar más de una cuarta parte de este territorio, que constituye un bastión opositor en las afueras de Damasco, según informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Por su parte, el propio Asad afirmó ayer que la ofensiva en esa zona continuará.

La agencia oficial siria SANA aseguró que las tropas gubernamentales sirias habían arrebatado seis poblaciones a las facciones rebeldes en las últimas horas. El territorio ha estado asediado desde hace años por el régimen de Damasco.

Desde el 18 de febrero pasado, Guta es objetivo de ataques de las aviaciones siria y rusa y de la artillería gubernmantal. Esta ofensiva se ha cobrado la vida de, al menos, 642 civiles, según el recuento del OSDH.

Partir en dos el enclave / Un mando militar de la alianza que apoya a Asad señaló que las fuerzas gubernamentales solo necesitan avanzar unos pocos kilómetros más para dividir el enclave en dos.

Uno de los grupos insurgentes en Guta Oriental, Jaish al Islam, denunció lo que califica de «política de tierra quemada», que ha obligado a los rebeldes a retirarse y reagruparse.

Un responsable de la ayuda humanitaria de la ONU señaló, por su parte, que 400.000 personas en la región estan sujetas a un «inaceptable castigo colectivo», ilegal bajo las convenciones de Ginebra.

En declaraciones a los medios -una circunstancia que sucede en escasas ocasiones- Asad afirmó que la operación contra los que calificó de «terroristas» continuará, en paralelo a la apertura de corredores seguros para los civiles atrapados.

«No hay contradicción entre una tregua y operaciones de combate. Los avances conseguidos el sábado y el día anterior por el Ejército de Siria se hicieron durante la tregua», confesó. «Por lo tanto, vamos a continuar con la operación en paralelo con la apertura de corredores para que los civiles puedan irse», añadió a este respecto.

Asad se estaba refiriendo al cese el fuego humanitario decretado por Rusia cada día entre las nueve de la mañana y las dos de la tarde, algo que EEUU calificó de «broma». El Consejo de Seguridad de la ONU decretó por su parte una tregua total de 30 días que ha sido absolutamente ignorada.

Asad hizo estas declaraciones después de reunirse con Hicham Gabri Ansari, asesor del ministro de Exteriores iraní, Mohamed Yavad Zarif. Irán es, junto a Rusia, el principal aliado del régimen de Damasco.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las unidades leales a Al Asad controlan ya más del 25% de la región de Guta, en un lugar donde los bombardeos y los disparos de artillería han provocado que unos 670 civiles hayan perecido desde el pasado 18 de febrero, cuando dio comienzo la escalada violenta.

Igualmente, la ONG precisó que decenas de cadáveres continúan bajo los escombros de los edificios y que no habían podido ser recuperados por la intensidad de los ataques lanzados por las tropas gubernamentales.

REACCIÓN EN LA UE / Esta escalada es objeto de reacciones a diario de líderes internacionales, y precisamente ayer el presidente francés, Emmanuel Macron, telefoneó a su homólogo iraní, Hasan Rohaní, para pedirle que presione a Al Asad con el fin de «acabar con los ataques indiscriminados contra la población en Guta» y para que permita el acceso a la ayuda humanitaria.

Según una nota publicada por la Presidencia francesa, Macron subrayó «la responsabilidad particular que recae en Irán por los vínculos que tiene con el régimen» sirio a la hora de reclamar esa tregua humanitaria.