“Hoy, 4 de septiembre, exactamente cinco años después de que anunciamos el acuerdo marco con las FARC que nos condujo a la paz con esa organización guerrillera, vamos a firmar en Quito, después de intensas negociaciones que terminaron esta madrugada, un acuerdo para declarar un cese el fuego y de hostilidades bilateral con el ELN (Ejército de Liberación Nacional)”. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, pudo anunciar la buena nueva horas antes de que aterrice el papa Francisco en Bogotá. El Estado y la guerrilla buscan con este mínimo acuerdo avanzar en las discusiones de una agenda de paz todavía incierta.

Santos explicó que la tregua consensuada comenzará a regir el 1 de octubre, “tendrá una vigencia inicial de 102 días, es decir irá hasta el 12 de enero del próximo año, y se irá renovando en la medida en que se cumpla y se avance en las negociaciones sobre los demás puntos”. “Sí, se pudo”, aseguró el ELN en su cuenta de Twitter, y agradeció a “quienes apoyaron decididamente los esfuerzos” para alcanzar el cese al fuego bilateral.

El excomandante de las FARC, Rodrigo Londoño, calificó a su vez de "gran noticia"para el país el paso dado por ambas partes.

El ELN es una insurgencia que medio siglo atrás se nutrió de las ideas de Ernesto 'Che' Guevara y de la naciente Teología de la Liberación y nunca había dado un paso de esta importancia. Las negociaciones para desactivar el último foco insurgente han encontrado escollos, idas y venidas.

COMPROMISO INSURGENTE

La mesa formal de diálogo entre el Gobierno y el ELN comenzó el pasado 7 de febrero en la capital ecuatoriana, después de tres años de contactos furtivos. “La fase pública de conversaciones nos permitirá alcanzar la paz completa”, dijo en su momento el presidente. Algo de luz empezó a vislumbrarse al final del camino. El ELN se ha comprometido durante la tregua a no realizar acciones militares, secuestros ni ataques contra infraestructuras. Por su parte, el Gobierno redoblará sus esfuerzos para garantizar la seguridad de los líderes sociales. En lo que va de año han sido asesinados casi 80 defensores de derechos humanos, sindicalistas y referentes de las comunidades, a manos de paramilitares de ultraderecha o narcos. Asimismo, las autoridades aceptaron mejorar las condiciones carcelarias de los integrantes de esa guerrilla que cumplen penas.

Pablo Beltrán, el negociador del ELN en Quito, dijo al diario bogotano 'El Espectador' que el cumplimiento de lo acordado será verificado por algún organismo internacional. No han faltado los analistas que se preguntaron si Santos no se apresuró en suscribir un alto el fuego que no despeja los interrogantes sobre el éxito del proceso de paz. A Santos tampoco le queda mucho tiempo en el poder para reencauzarlo en caso de que naufrague. En mayo venidero se celebrarán las elecciones presidenciales y ya hay sectores políticos que rechazan las negociaciones con este grupo armado. “Si para que Santos tenga oxígeno el ELN tiene que entregar la cabeza, lo pensaremos dos veces. El oxígeno del Gobierno no puede depender de que no se mueva de sus posiciones. A nosotros no nos pueden venir a pedir que cedamos en todo y ellos en nada”, advirtió Beltrán.

LA VISITA DEL PAPA

“El papa Francisco, cuyas palabras siempre nos alentaron para persistir en la búsqueda de la paz, llegará el próximo miércoles a una Colombia nueva, a una Colombia distinta. ¿Y cómo vamos a recibir a nuestro querido visitante? Con mucha emoción y con profundo respeto. Y con una gran noticia que estamos seguros lo alegrará”, dijo Juan Manuel Santos sobre la llegada del pontífice. Jorge Bergoglio aterrizará en Bogotá bajo rigurosas medidas de seguridad y, según el presidente, “en un momento único de nuestra historia, cuando volteamos la página de un conflicto absurdo y encaramos con ilusión el futuro”. Francisco viene “a que demos -entre todos- el primer paso hacia la reconciliación”. Santos pidió a los colombianos “atender su llamada a la unión, a dejar atrás los prejuicios y rencores para construir juntos un país mejor”.