Cubrirse el cabello con un velo islámico o hijab en espacios públicos es obligatorio para las mujeres mayores de 9 años en Irán. Lo es desde la revolución de 1979 y el establecimiento de la República Islámica de los ayatolás. Sin embargo, algunas mujeres, como Vida Movahed, han decidido desafiar esta normativa.

El mes pasado, Movahed, de 31 años, fue detenida por subirse a una caja de conexiones en la avenida Enghelab, en el centro de Teherán, y sostener su velo con un palo. Este lunes, tras ser liberada, tres chicas más han querido sumarse a la causa y han realizado la misma acción en diferentes puntos de la ciudad. Una de ellas, Nargis Hosseini, ha sido arrestada.

Estas detenciones contradicen el cambio de política, en relación al uso del velo, que adoptaron las autoridades iranís el año pasado. A finales de diciembre, el jefe de la Policía de Teherán, Hosein Rahimí, anunció que aquellas mujeres que no respetaran el código de vestimenta establecido ya no irían a centros de detención y tampoco se presentarían expedientes judiciales contra ellas, sino que serian obligadas a asistir a cursos educativos sobre el islam.

CAUSA POPULARIZADA EN LAS REDES

Las imágenes de las manifestantes oponiéndose al uso obligatorio del hiyab se han popularizado en las redes sociales y muchos usuarios han querido mostrar su apoyo a esta iniciativa feminista compartiendo sus fotografías a través del 'hashtag' #GirlOfEnghelabStreet.

Estas acciones han coincidido con la oleada de protestas que tuvieron lugar en diferentes puntos del país en diciembre del 2017 contra las políticas de austeridad adoptadas por el Gobierno del presidente iraní, Hasán Rohaní, y contra el guía supremo y verdadero hombre fuerte del régimen, el ayatolá Alí Jamení, que dejaron más de 20 muertos y 450 detenidos.

La lucha de estas mujeres no está estrechamente relacionada con los motivos, principalmente económicos, que llevaron a centenares de miles de personas a salir a la calle. Pero sí que tiene que ver con las frustraciones de los jóvenes iranís por la falta de libertades sociales en el país.

SUPREMACÍA MASCULINA

En Irán, donde religión y política van de la mano, las mujeres poseen muchos menos derechos que los hombres y, aunque se les permita votar, conducir o ir a la universidad, la ley islámica tradicional, o charia, que prevalece en el país, defiende una supremacía masculina absoluta.

En los espacios públicos, la segregación por sexo es evidente y en muchos recintos la entrada principal no está permitida para las féminas, que deben acceder a través de una puerta lateral. Además, los maridos pueden vetar la decisión de sus mujeres de viajar, trabajar o estudiar bajo la justificación de proteger los intereses de la familia.

La obligación de llevar velo es seguramente la normativa que más simboliza la sumisión de la mujer en este país. En el país existe un cuerpo policial especial, que el Gobierno reforzó en el 2016, encargado de controlar más estrictamente la indumentaria y el comportamiento de las mujeres en los espacios públicos.

Quitarse el velo en modo de protesta es algo que algunas activistas llevan haciendo desde hace años. La iniciativa #MyStealthyFreedom que nació en Facebook como un movimiento social con la finalidad de que mujeres iranís compartieran fotos de ellas sin el velo, ahora ha salido a las calles principales de Teherán, y ni el extremo frío que está sacudiendo al país, ni las autoridades policiales que actúan de manera represiva, parecen asustar a estas jóvenes valientes.