A golpes y mordiscos un grupo de mujeres y niños palestinos consiguieron liberar de un soldado israelí a otro niño que había sido detenido durante una protesta contra los asentamientos judíos. Cuando lo consiguieron y en medio de su propia impotencia, el soldado israelí lanzó contra ellos una bomba de gases lacrimógenos.

Ocurrió en la aldea cisjordana de Nabi Saleh, al norte de Ramala. El menor participaba en una protesta, contra el crecimiento de los asentamientos israelíes en la zona cuando fue reducido por el soldado por lanzar piedras durante los disturbios.