Los trabajadores del sector ferroviario francés han iniciado este martes una huelga intermitente que se prolongará hasta finales de junio, a razón de dos días de paro por cada cinco de actividad, con la que pretenden paralizar el país para oponerse a la reforma de Emmanuel Macron. El presidente francés quiere abrir el sector a la competencia y suprimir el actual estatus laboral del que gozan los trabajadores.

El pulso está convirtiendo la jornada en un “martes negro” para los usuarios porque los paros están siendo muy secundados. El 48% del personal de la compañía estatal, la SNCF, se ha declarado en huelga y en el caso de los conductores la tasa de seguimiento se eleva al 77%. Su incidencia es notable en el tráfico, especialmente en los trenes de cercanías y en los de alta velocidad, de los que solo circula uno de cada ocho.

INTERRUPCIÓN DEL TRÁFICO CON ESPAÑA

Las líneas del Eurostar que unen Francia con el Reino Unido se ven menos afectadas y el Thalys con Bélgica y Holanda funciona casi con normalidad. En cambio, no hay trenes hacia España, Suiza ni Italia.

Las primeras consecuencias de la huelga se han notado también en los accesos a las principales ciudades, donde los automovilistas han sufrido atascos monumentales desde primera hora de esta mañana. Mientras, en las principales estaciones los viajeros se agolpaban en los andenes a la espera de saber si podrían o no tomar el tren. Muchos se han quedado bloqueados por la cancelación de líneas.

“Los ferroviarios no tienen por qué tener vergüenza por bloquear todo el país”, ha advertido este martes el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, el hombre que puso a François Hollande contra las cuerdas liderando en el 2016 las protestas contra la reforma laboral. “No queremos un conflicto duro, pero nos hemos visto obligados de llegar hasta aquí”, ha dicho en la emisora France Inter.

No obstante, el Gobierno tiene la intención de aguantar el órdago y seguir adelante con la concertación social para sacar adelante la reforma, según ha adelantado la ministra de Transportes, Elisabeth Borne, en la televisión BFM. Este jueves se reunirá con las centrales sindicales.

OTRAS MOVILIZACIONES

A los trabajadores de la SNCF se suman otros sectores, tanto del sector público como del privado. La intención de los sindicatos es hacer converger las protestas para presionar al Ejecutivo en diversos frentes de manera simultánea. En Air France, los sindicatos han convocado su cuarta jornada de paros para reclamar una revalorización salarial del 6% a la vista de los buenos resultados de la compañía. El paro afecta al 25% de los vuelos y Air France advierte de que puede haber retrasos. Para el 7 de abril hay programada una nueva huelga, y el 10 y 11 están previstas más movilizaciones.

También el grupo Carrefour se enfrenta desde hace días a numerosos bloqueos en el acceso a los supermercados por la movilización de los trabajadores, que protestan por la supresión de puestos de trabajo anunciada el pasado enero.

Otro sector afectado es el de los servicios de recogida de basuras. En este caso, los sindicatos exigen la creación de un servicio público nacional y un estatuto único para los trabajadores, que quieren que se vea reconocida la dureza de su labor. También piden una reducción de la jornada laboral. La huelga es indefinida y afecta sobre todo a la región parisina, Marsella, Montpellier y el norte y este del país.

En contra de la liberalización del sector energético se movilizan igualmente los sindicatos de EDF (Electricité de France) que han hecho un llamamiento a la huelga hasta el próximo 28 de junio, el mismo calendario de paros que el de los ferroviarios.

Las organizaciones estudiantiles, por su parte, llevan varias semanas alzando la voz contra la reforma de acceso a la universidad y apelan a los jóvenes a la huelga y la movilización. A las manifestaciones en contra de la reforma se une el malestar por los incidentes producidos recientemente en las universidades de Montpellier y Lille, donde varios estudiantes resultaron heridos en el violento desalojo de la facultad de derecho, bloqueada por las protestas.