Los carteristas son un problema típico en las grandes ciudades turísticas. Esta mañana ha sido el turno de la Torre Eiffel de París, que ha sido cerrada al público por las protestas de sus empleados por el aumento de carteristas. Hasta cuartenta trabajadores han tomado la opción de la huelga debido a haber recibido “varios ataques y amenazas”.

AMENAZAS Y ROBOS

Según han asegurado en un comunicado, los carteristas actúan en bandas de cuatro o cinco personas pero “a veces puede llegar a 30” y “se pelean entre sí”. Un empleado ha asegurado a AFP que fue amenazado por un carterista y que lo ha denunciado a la policía.

Los empleados dicen que quieren obtener "garantías formales de gestión sostenible y eficaz para acabar con esta lacra que afecta a diario, muchos turistas", especialmente a los "asiáticos".

En 2013 el popular museo del Louvre también sufrió una huelga de sus empleados, cansados de la omnipresencia de los carteristas en el vestíbulo.