La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio importado de terceros países -a todos salvo los vecinos Canadá y México- ha puesto en máxima alerta a la Unión Europea y en pie de guerra a un sector que se verá duramente afectado. “Serán incalculablemente perjudiciales, no solo para la industria siderúrgica de la UE, sino también para los sectores relacionados con ella”, ha avisado la asociación europea de acero (Eurofer), que ha convocado este lunes a representantes de gobiernos e industria para cerrar filas y mostrar “solidaridad” frente a las medidas comerciales unilaterales adoptadas al otro lado de Atlántico.

“Existe la posibilidad de que los daños sean irreversibles para el sistema de comercio mundial”, ha insistido la asociación que representa los intereses de más de 500 empresas en 22 estados miembros, que emplea directamente a 320.000 trabajadores y que produce de media cada año 160.000 millones de toneladas de acero. A su llamada han respondido positivamente varios países europeos como Francia, España o el Reino Unido, que enviarán a representantes a la comparecencia prevista.

“La reacción tiene que ser fuerte, unida y consistente. Creemos en el multilateralismo y creemos que la cuestión de la sobrecapacidad de acero tiene que ser abordada en la OMC o el G-20”, ha explicado el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, que esta tarde acudirá a la cita de Eurofer para mostrar su rechazo a las decisiones de la Casa Blanca. Según ha explicado, la decisión también tendrá consecuencias en la industria francesa y un buen número de empresas pueden verse afectadas si otros países terceros desvían su producción hacia Europa como consecuencia del blindaje del mercado de Estados Unidos.

“Estamos preocupados porque en una guerra comercial entre la UE y Estados Unidos solo habrá perdedores. La vía adecuada no es el proteccionismo sino arreglar las cosas en un marco multilateral y es lo que seguirá defendiendo Francia con toda la firmeza posible”, ha avisado a su llegada a la reunión del Eurogrupo, en la que no se habla de acero ni de sus consecuencias para la eurozona pero en la que han sido varios los ministros que se han pronunciado al respecto.

España defiende un frente unido

Es el caso del ministro español Román Escolano, que se estrena en este foro y que ha insistido en dos claves: “en reaccionar unida” y en que “el proteccionismo siempre es un error político e histórico”. A su juicio, “dos zonas económicamente tan importantes como la UE y EEUU no pueden entrar en una escalada comercial”, y ha anunciado que durante su mandato defenderá una postura “abierta” en materia comercial porque la economía española “siempre se ha beneficiado de la expansión exterior”.

Lo mismo ha manifestado su homólogo holandés, Wopke Hoekstra, que espera que Estados Unidos deje de avanzar por el camino proteccionista que ha emprendido. “No creo que debamos ir por ese camino porque no será en nuestro interés ni en el de Estados Unidos, pero es un escenario que hay que analizar”, ha explicando, subrayando que Europa está preparada. “Hablamos de medidas propuestas por el momento. Y la Comisión ha dejado claro que habla de propuesta de respuesta. Es responsabilidad de todos mantener el comercio internacional tan abierto como sea posible. Lo que defendemos desde hace año es libre comercio con bajos aranceles. Es en interés de todos”, ha valorado el ministro alemán Peter Altmaier.

La amenaza de represalias de la UE no ha tenido hasta ahora ningún efecto y la reunión del sábado entre la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, y el representante de Estados Unidos Robert Lighthizer se saldó sin avances y con ninguna aclaración sobre el proceso de exclusión de la nueva política de aranceles. Según Bruselas, los contactos a distintos niveles continuarán en los próximos días, pero de momento no tienen fecha. “No tenemos miedo y nos defenderemos contra las intimidaciones”, ha advertido este lunes.