Omar González, el exmilitar estadounidense que el pasado 20 de septiembre logró irrumpir armado en la Casa Blanca, consiguió penetrar en el edificio mucho más de lo que en un principio se había reconocido la presidencia de EEUU. En un principio, el Servicio Secreto, la agencia encargada de la seguridad del presidente, aseguró que González había sido atrapado justo al cruzar las puertas de entrada de la Casa Blanca. El pasado viernes, pasadas las siete de la tarde y apenas 10 minutos después de que el presidente, Barack Obama, y sus dos hijas subieran a un helicóptero en los jardines en el sur de la mansión para pasar el fin de semana en Camp David, González saltó la valla de la avenida Pensilvania, el tramo de calle, cerrado al tráfico, donde se concentran la mayoría de turistas.

Sin embargo, nuevos testimonios desvelados este martes por el 'Washington Post', sostienen que González llegó mucho más adentro. Así, lodró deshacerse del agente del Servicio Secreto que custodia la entrada y de ahí siguió corriendo hacia la Sala Este (East Room), una estancia donde el presidente del país suele hacer anuncios solemnes. Rodríguez cruzó también esa sala y fue atrapado por el servicio de seguridad justo cuando estaba a punto de entrar en la SalaVerde (Green Room).

MUNICIÓN EN EL COCHE

En el momento de su captura, González llevaba encima un cuchillo. La Fiscalía ha asegurado que en el vehículo del detenido había abundante munición.

El evidente fallo de seguridad ha puesto contra las cuerdas al Servicio Secreto, cuyos responsables van a ser interrogados por el Senado. En el incidente se produjeron evidentes fallos de seguridad pues, para empezar, las alarmas que debían saltar con la irrupción por la fuera de un extraño no sonaron. Estaban desactivas pues los agentes del Servicio Secreto las tenían apagadas ya que habían detectado que saltaban sin motivo.

Omar González, un hombre de 42 años y natural de Tejas que sirvió 18 años en el Ejército, seis de ellos como francotirador de las fuerzas especiales en Irak.