Sabían que tenían entre manos una investigación relevante pero nunca imaginaron que las pesquisas sobre aquel ciudadano francopolaco al que habían arrestado en una lujosa mansión de Ibiza iban a llegar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Los investigadores de la Brigada Central de Crimen Organizado de la UDYCO del Cuerpo Nacional de Policía habían detenido el 14 de julio, tras meses de investigación, a Pierre Konrad Dadak junto a otras ocho personas de su organización. La lista de delitos de los que se le acusaba era larga -extorsión, blanqueo de capitales,…- pero uno de ellos destacaba por encima de todos: el tráfico de armas. En concreto, la policía encontró indicios de que el detenido estaba presuntamente intentando hacer llegar 44.000 fusiles de asalto kalashnikov a Sudan del Sur, un país, a la sazón el más joven del mundo, devastado por una guerra civil que ha provocado miles de muertos y 2,6 millones de refugiados y sobre el que la Unión Europea ha impuesto un embargo de armas.

CUERPO NACIONAL DE POLICÍA

Vídeo de la Policía Nacional con imágenes de la detención de un traficante de armas polaco en Ibiza.

En septiembre, los responsables de la investigación, coordinada por la Fiscalía Anticorrupción y tutelada por el juzgado de instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, recibieron la llamada del panel de Sudán del Sur del Consejo de Seguridad de la ONU, que les solicitaba una reunión sobre esa operación policial. El encuentro se produjo el pasado mes de octubre y desde entonces han continuado los contactos, que van a producirse de nuevo en los próximos días, con el viaje de una delegación de la ONU a Madrid para interesarse por la operación.

La razón del interés eran los indicios de un envío masivo de armas a ese país. “La investigación de la policía española es extraordinariamente importante pues muestra el funcionamiento de una red que intentaba suministrar armas a una de las partes en conflicto”, explica Klem Ryan, el experto en armas miembro del panel de Sudán del Sur en el Consejo de Seguridad de la ONU, en una entrevista a EL PERIÓDICO celebrada en Ginebra.

SEGUIR CON LAS PESQUISAS

Ryan, que es uno de los miembros del panel que se ha visto con los responsables policiales de la investigación, destaca el valor de unas pesquisas “inusuales y únicas que pueden permitir entender cómo llegan las armas a las partes en ese conflicto”.

En las reuniones, además de solicitar la información, los miembros del panel instaron a los policías españoles a seguir adelante con esa investigación. “Lo que están haciendo estos policías así como el fiscal español tiene mucho valor. Es clave interrumpir el flujo de armas que alimenta ese conflicto devastador”, añade Ryan.

Las pesquisas sobe Dadak comenzaron cuando un agricultor ibicenco que tenía su huerto cerca de la mansión-fortaleza del traficante en Caló d'en Real, en el municipio de Sant Josep, vio merodear por los alrededores a varios individuos con fusiles de asalto. El hombre avisó a la Policía Nacional en Ibiza, que informó a los departamentos centrales en Madrid. En ese momento, los agentes comenzaron a investigar sobre el propietario de aquella casa.

Poco a poco, descubrieron que tenían ante sí a un auténtico ‘Señor de la guerra’, nombre que se da a los traficantes de armas a raíz de la película del mismo nombre en que Nicolas Cage encarnaba el papel de Viktor Bout, el más famoso de esos criminales, conocido también por el apodo 'el mercader de la muerte'. Según los informes que forman parte de la investigación, Dadak, que se presentaba como responsable de una empresa armamentística polaca, Rosevar, disponía, en el momento del arresto de almacenes de armas en Rusia, Bielorusia y Ucrania. Además de haber levantado una enorme infraestructura empresarial para blanquear dinero, que la policía cree que proviene de las actividades del 'clan Barresi', uno de los mayores grupos de la mafia marsellesa, la investigación también ha descubierto vínculos con la mafia rusa de Solntsevo.

UNA MORTAL LISTA DE LA COMPRA

En el análisis de los archivos informáticos incautados a Dadak, los investigadores encontraron indicios de envíos de armas a Colombia, Perú, Libia, Gambia, Guinea Bissau, Birmania, el Kurdistán, Sudán del Sur, Camerún, entre otros lugares. Además, tuvieron conocimiento que el 27 de abril del 2014, el traficante armas mantuvo contacto vía mail con Riek Machar, vicepresidente de Sudán del Sur y líder de uno de los dos bandos que toman parte en esa guerra civil. En esas comunicaciones, a Dadak se le hacía un pedido de 40.000 rifles AK-47, munición, 300 cañones anticarro y 300 cañones antiaéreos, además de una cantidad ingente de munición.

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Tras el mail, hubo una toma de contacto en Dakar, la capital de Senegal, entre personas de confianza del vicepresidente de Sudán del Sur y de presuntos emisarios de Dadak, uno de los cuales fue identificado como un narcotraficante libanés. La Policía Nacional y el panel del Consejo de Seguridad de la ONU trabajan en la actualidad para determinar si las armas llegaron finalmente a Sudán del Sur.

Los investigadores lograron determinar que Dadak, que en España se movía con un pasaporte diplomático de Guinea Bissau, se codeaba con jefes de Estado africanos, llegando incluso a viajar a Gambia en el avión presidencial del entonces mandatario del país Yahia Jammeh, y obteniendo contratos millonarios para la venta de armas en países como Angola y Guinea Bissau, donde no se descarta que incluso participara como asesor en el golpe de estado que derrocó al presidente del país en abril del 2012.

Además, en España, se han encontrado indicios de que en España presuntamente lavaba dinero procedente de las actividades criminales del 'clan Barresi', una de las principales organizaciones marsellesas.