El viceministro de Asuntos Exteriores de Israel, Danny Ayalon, ha asegurado que los activistas que participaban en la flotilla solidaria que pretendía llevar ayuda humanitaria a Gaza tenían vínculos con Al Qaeda y con las organizaciones islamistas palestinas Hamás y Yihad Islámica.

La flotilla "era una armada del odio y la violencia", afirmó Ayalon en rueda de prensa desde Jerusalén. "Era una provocación premeditada y vergonzosa", apuntó. "Su iniciativa era violenta, sus métodos eran violentos y el resultado, lamentablemente, fue violento", dijo. "Israel lamenta la pérdida de vidas e hizo todo lo posible para evitar este resultado", aseguró, y recordó que Israel se había ofrecido a transportar el cargamento humanitario hasta Gaza.

"Los organizadores no atendieron los llamamientos de nuestras fuerzas esta mañana para que les siguieran pacíficamente y dar un final pacífico a este suceso", indicó. Además, dijo que si la flotilla hubiera llegado a Gaza, se habría constituido "un corredor para el tráfico de armas".

CARGADORES VACÍOS

"Por supuesto lamentamos las víctimas, pero la responsabilidad de las víctimas es de ellos, de aquellos que atacaron a los soldados israelís", señaló Ayalon -del mismo partido ultraderechista Israel Beitenu del titular de la cartera, Avigdor Lieberman- en una rueda de prensa del Ministerio de Exteriores en Jerusalén.

El Ejército israelí asegura, en un comunicado, que dos "activistas violentos quitaron las pistolas" a sus tropas "y aparentemente abrieron fuego contra los soldados, como muestran los cargadores vacíos de las pistolas".

"Ningún país soberano toleraría esa violencia", subrayó antes de señalar que "toda la intención" de los organizadores de la expedición "era provocadora y violenta". Asimismo aseguró que "los organizadores" -en referencia a la ONG turca IHH, uno de los distintos grupos que participaban en la iniciativa- tienen "estrechos lazos" con "organizaciones terroristas internacionales", como la red Al Qaeda.

Ayalon hizo un llamamiento "a todos los países a trabajar juntos para calmar la situación" y abogó por no ser "demasiado pesimistas" sobre las consecuencias que pueda tener la operación en las relaciones diplomáticas de Israel con otros estados.