En marzo del 2003 en el comedor del restaurante marroquí Mediterráneo del Raval de Barcelona no cabía ni un alfiler. Tropas de Estados Unidos y del Reino Unido habían invadido Irak y los comensales, mientras hincaban el diente al cordero o al cuscus, observaban absortos cómo la televisión explicaba en directo y en lengua árabe lo que estaba ocurriendo desde Bagdad. El canal 24 horas de notícias por satélite Al Jazira, que cumple veinte años, se había consolidado como uno de los medios de comunicación más influyentes y poderosos del planeta, compitiendo de tú a tú con gigantes de la comunicación como la CNN o la BBC.

Gran parte del éxito del canal, propiedad de un príncipie de Catar, radicaba en la forma de informar, ajena completamente a la de los medios de comunicación de los regímenes del mundo árabe, siempre opacos y dedicados a enaltecer la figura de los dictadores, y poco más. “Desde un principio, Al Jazira dio una imagen moderna y de gran profesionalidad, con periodistas presentes en todo el mundo”; explica Haizam Amirah Fernández,investigador principal del mundo árabe del ‘think tank’ Rea Instituto Elcano. “Llenó un hueco enorme, con contenidos muy interesantes y relevantes”, añade.

“Su aparición y desarrollo tuvo un gran impacto”, recuerda, por su lado, el periodista mauritano Abdalá Mohamedi, fundador de la agencia de notícias Sáhara Media. “Al Jazira destacó por su independencia y por dar voz a todas las partes, algo inédito hasta entonces en esta parte del mundo”, sostiene. “El modelo a seguir era la BBC británica. De hecho los primeros periodistas procedieron de la BBC en árabe, lo que fue una garantía de buen periodismo”, añade.

PRIMERA GRAN COBERTURA

La primera gran cobertura de Al Jazira, la que le dio el impulso definitivo, fue la intervención militar de la coalición en Afganistán, como consecuencia de los atentados del 11S en Estados Unidos. El canal catarí emitió además una entrevista en exclusiva con el fundador de Al Qaeda, Osama Bin Laden. Su oficina en la capital afgana acabó siendo el blanco de las bombas de la coalición, y dos años más tarde también lo fue la que tenían abierta en Bagdad, tras la invasión anglo-estadounidense.

Pero es que Al Jazira ha sido la piedra en el zapato para Estados Unidos y Arabia Saudí, el gran rival de Catar en el Golfo Pérsico. Durante la presidencia de George W. Bush se le acusó de ser la portavoz del terrorismo yihadista. “Una de las cosas de la que nos sentimos más orgullosos es que a nosotros nos han criticado todos, los del un lado y los del otro”, dice desde Doha, sede del canal catarí, la colombiana María Arbeláez, productora ejecutiva de Al Jazira en inglés, que empezó a emitir en el 2006. “Y cuando eso pasa significa que estamos haciendo bien nuestro trabajo”.

El canal de televisión, que la monarquía absoluta del pequeño y rico emirato utiliza como arma diplomática y de influencia en la región, ha sido prohibido en varios países árabes y algunos de sus periodistas, como ha ocurrido recientemente en Egipto, han sido encarcelados acusados de "difundir noticias falsas". Cada cierre o prohibición aumenta el número de seguidores y el canal gana en credibilidad, según aseguran desde Doha. “Cuando empezó a emitir uno de los mayores impactos que tuvo el canal fue la participación de personalidades de Israel en debates, junto a palestinos”, dice Arbeláez. “Al Jazira tiene abierta una oficina en Jerusalén, otra en Ramala y una tercera en Gaza”.

Una de las mayores críticas que se ha lanzado a la cadena desde su fundación, sin embargo, es la apuesta clara que hizo a favor de las revueltas árabes, en concreto de los Hermanos Musulmanes en Egipto, o la falta de crítica hacia el régimen de la monarquía catarí, lo que para muchos le ha restado credibilidad. Arbeláez dice que desconoce si es el caso del canal matriz, el que emite en lengua árabe, pero asegura que no es así en la versión inglesa. “No recibimos presiones de nadie”, advierte.

DIFERENTES PUNTOS DE VISTA

“¿Existe en el mundo alguna televisión realmente independiente?”, se pregunta, por su lado, Amirah Fernández, que recuerda que durante “el despertar árabe”, la televisión catarí ofreció puntos de vista de todas las partes. “En un mismo programa de debate, por ejemplo, había una feminista y un personaje del sector más religioso y conservador”, afirma.

Para contrarrestar la fuerte influencia que ha tenido el canal en el Próximo Oriente, Arabia Saudí sacó al aire en el 2003 el canal Al Arabiya, mientras que Estados Unidos hizo lo propio con Al Hurra. Hoy la competencia ha aumentado considerablemente con otros canales que emiten a través de internet.

En todo caso, Al Jazira ha marcado tendencia y si el resto de televisiones árabes quieren ganar audiencia ya no pueden limtarse a informar sobre las bondades de sus gobiernos."Cuando viajo a esta zona del mundo muchas cafeterías siguen manteniendo Al Jazira en las televisiones y lo mismo ocurre en lugares recónditos donde las casas tal vez no tengan nevera pero sí una antena parabólica desde donde sintonizar Al Jazira", concluye el investigador Amirah Fernández.

"Nuestros principios siguen siendo los de hace veinte años", dice Arbeláez. "Hacer un periodismo equilibrado y dar voz a los que no tienen voz. El canal tiene un gran futuro por delante".