Los planes de Donald Trump para cerrar las puertas de Estados Unidos a millones de musulmanes han vuelto a fracasar. Como ya sucedió con su primer intento, un juez federal ha bloqueado el decreto que firmó el pasado 6 de marzo para impedir temporalmente la entrada en el país a los ciudadanos de seis países de mayoría musulmana y a los refugiados de todo el mundo. Aquella orden ejecutiva limó alguna de las asperezas más sangrantes de la primera, pero el magistrado de Hawái ha considerado que el decreto discrimina por motivos religiosos y daña los intereses económicos de su estado. Este nuevo golpe de los tribunales deja en el aire un elemento substancial de la agenda del presidente, que explotó el temor al terrorismo durante la pasada campaña para demonizar a los musulmanes.

La Casa Blanca tardó más de un mes en reescribir la orden ejecutiva originaria, que fue suspendida por un juez de Seattle ocho días después de que entrara en vigor. Tras la precipitada primera versión, que desató el caos en muchos aeropuertos de EE UU al ponerse marcha, la Administración trató de pulir la segunda. De las restricciones iniciales, quedaron excluidos los residentes legales y viajeros con visado de Somalia, Libia, Yemen, Irán, Sudán y Siria. Se sacó a Irak de la lista de países vetados, dado el papel crucial que juega en la lucha contra el Estado Islámico. Se eliminó la prohibición permanente a la entrada de refugiados sirios, y desapareció la cláusula que priorizaba la llegada de refugiados cristianos. Pero nada de eso ha bastado para cambiar la actitud de los tribunales.

El juez federal del distrito de Hawái, Derrick Watson, ha recordado durante la vista del caso que Trump declaró durante la campaña su intención de prohibir la entrada a todos los musulmanes. “Me está diciendo que deberíamos cerrar los oídos a la secuencia de declaraciones anteriores a esta”, ha dicho el magistrado respondiendo a los abogados del Estado. “La noción de que la orden ejecutiva no está dirigida contra el islam porque es aplicable a todos los individuos de los seis países mencionados es incongruente”, ha añadido, antes de recordar que más del 90% población de las naciones afectadas es musulmana.

Durante un mitin en Tennessee, Trump ha dicho que la decisión del juez es “política” y se ha comprometido a llevar el caso hasta el Tribunal Supremo si hiciera falta. “Vamos a ganar y vamos a preservar la seguridad de nuestros ciudadanos”, ha dicho ante miles de sus seguidores. El veto inmigratorio no solo había llegado a los tribunales de Hawái. Otros dos estados examinaron el caso durante la jornada y se espera que se pronuncien próximamente, aunque por el momento la versión 2.0 del veto, que todavía no había entrado en vigor, queda temporalmente suspendida hasta nueva orden.