La guerra entre Donald Trump y la justicia de Estados Unidos sube de intensidad. La justicia acaba de dar un nuevo varapalo al Ejecutivo de Trump al rechazar la medida cautelar para restablecer de forma urgente el veto a la entrada de inmigrantes al país que se solicitaba en la apelación presentada contra la decisión de un magistrado de reabrir las fronteras.

El Gobierno del presidente había iniciado formalmente el proceso para recurrir la decisión de un juez federal que el viernes pasado suspendió la aplicación del veto migratorioimpuesto por la Casa Blanca a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y a los refugiados de todo el mundo.

La notificación de apelación se presentó en nombre de Trump, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly; el secretario de Estado, Rex Tillerson; y los Estados Unidos de América. Todos ellos apelan ante la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito la decisión del 3 de febrero que "restringe la aplicación de parte de la orden ejecutiva del 27 de enero para proteger al país de la entrada de terroristas extranjeros", según la notificación presentada ante el tribunal.

LA SUSPENSIÓN DEL VETO SIGUE EN PIE

El documento comienza un proceso de apelación que, según expertos legales, irá seguido de una solicitud de suspender la decisión judicial que bloqueó el veto migratorio, y un informe con argumentos sobre por qué, a juicio del Gobierno, la Corte de Apelaciones debería concederles esa petición.

Por el momento, sigue en pie la decisión del juez federal James Robart, quien bloqueó este viernes la aplicación del decreto de Trump con efecto inmediato sobre todo el país, lo que ha obligado al Gobierno a restaurar miles de visados y a cambiar sus protocolos de actuación ante los inmigrantes anteriormente vetados.

Con el fallo en contra de la medida cautelar, resta pendiente el pronunciamiento sobre el conjunto de la apelación. Si el resultado es contario al Ejecutivo, el Gobierno de Trump podría recurrir ante el Tribunal Supremo, algo que muchos expertos consideran probable. La máxima instancia judicial del país se encuentra actualmente dividida entre cuatro jueces de tendencia conservadora y otros cuatro de inclinación progresista, dado que el Senado aún no ha aprobado a un noveno magistrado que podría ser crucial para deshacer un posible empate en un caso de alto perfil como éste.

BATALLA JUDICIAL

Trump nombró esta semana al juez conservador Neil Gorsuch para cubrir esa vacante en el noveno asiento del Supremo, pero el Senado todavía no ha votado al respecto.

La batalla contra el veto migratorio de Trump la iniciaron dos estados de EEUU, los de Washington y Minesota, que argumentaron ante el juez Robart que el decreto era anticonstitucional porque provocaba discriminación contra una religión, la musulmana, algo prohibido en la Primera Enmienda de la Carta Magna.

No obstante, Trump se cuidó de no mencionar la religión musulmana en su orden ejecutiva, y ese factor, unido a la amplia autoridad que el sistema legal estadounidense concede al presidente para regular la política migratoria, podría contar a favor del mandatario en la batalla judicial.

Trump advirtió en su cuenta de Twitter de que "mucha gente muy mala y peligrosa podría colarse" en Estados Unidos debido a la "terrible" decisión judicial, y se preguntó "adónde irá a parar el país cuando un juez puede detener un veto migratorio y cualquiera, incluso con malas intenciones", puede viajar al país.