La Unión Europea (UE) y Francia lograron ayer que el coronel libio Muamar Gadafi dejara en libertad a las cinco enfermeras búlgaras y al médico palestino, nacionalizado búlgaro hace un mes, que habían sido condenados a muerte acusados de inocular el virus del sida a 426 niños, de los que 56 han fallecido, en un hospital de Bengasi. La pena capital se conmutó por cadena perpetua unos días antes de la repatriación.

Los esfuerzos de la UE para la liberación de las enfermeras y el médico, encarcelados durante más de ocho años, han culminado por el empuje final dado al caso por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que ha enviado a Libia en dos ocasiones al secretario general de la Presidencia, Claude Guéant, y a su mujer, Cécilia. En esta segunda ocasión acompañaron a la comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, para apaciguar la irritación de Bruselas tras la primera iniciativa en solitario de Sarkozy.

Por eso ayer, tanto Sarkozy como el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se esforzaron en destacar la colaboración entre la UE y Francia. Dos horas y media antes de que el avión, fletado por Francia, llegase a Sofia, pasadas las nueve de la mañana, el palacio del Elíseo emitió un comunicado anunciando la repatriación. Tras el aterrizaje, el presidente de Bulgaria, Georgi Parvanov, firmó el indulto.

´MANO A MANO´ A primera hora de la mañana, Sarkozy convocó una conferencia de prensa en la que defendió el "pragmatismo" para resolver los problemas internacionales, repitió varias veces que lo importante son los resultados y aseguró que Francia y las autoridades europeas habían trabajado "mano a mano" para liberar a los sanitarios.

Sarkozy agradeció la participación del emir de Qatar, que, aunque no ha sido precisada, puede tratarse de una aportación financiera para alcanzar el acuerdo. El presidente francés señaló, por el contrario, que ni la UE ni Francia "han pagado un euro" ni han cedido en aceptar la culpabilidad de los liberados. Sarkozy confirmó que hoy viajará a Trípoli para "ayudar a Libia a reintegrarse en el concierto de las naciones" y dijo que condicionó la visita a la liberación de las enfermeras.

El acuerdo se concretó en la firma de un memorando suscrito en Trípoli por Ferrero-Waldner y el secretario de Estado libio de Asuntos Europeos, en presencia de Guéant y de Cécilia Sarkozy. El texto abre la vía a un eventual acuerdo de asociación entre Libia y la UE, que permitiría un mejor acceso de los productos libios a la UE, así como una mayor cooperación en la lucha contra la inmigración clandestina y en la asistencia técnica en materia arqueológica.

PROMESAS En Trípoli, el ministro libio de Asuntos Exteriores, Abdul-Rahman Chalkam, afirmó que los Veintisiete se habían comprometido a proporcionar cuidados médicos mientras vivan a los niños infectados por el sida, además de "mejorar el hospital de Bengasi" donde se produjo la contaminación. Destacó asimismo que la UE aportará ayuda a Libia en materia educativa.