La reacción del Partido Republicano, tradicionalmente cercano a la colonia de exiliados cubanos en Miami, no se hizo esperar. El senador republicano de origen cubano, Marco Rubio, protagonizó la primera reacción al cambio histórico en las relaciones entre EEUU y Cuba. Rubio aseguró a la cadena conservadora de televisión Fox News que el Congreso no apoyaría el levantamientodel embargo a la isla caribeña. La liberación del cooperante Alan Gross "constituye un peligroso precedente" que "pone precio a los ciudadanos estadounidenses en el extranjero".

BRUTAL COMPORTAMIENTO

Por su parte, el presidente del comité del Senado para las Relaciones Exteriores, Bob Menéndez, se expresó en similares términos. Menéndez declaró que las acciones de Obama "legitiman el brutal comportamiento del Gobierno cubano", al tiempo que expresó su creencia de que intercambiar a Gross por "criminales convictos constituía un peligroso precedente".

El unico legislador que apoyó la decisión fue el demócrata Dick Durbin, quien aclaró que las conversaciones para la liberación de Gross duraron un año y que el Vaticano llegó a jugar un papel.