Más de un año después de la victoria del ‘brexit’ en el referéndum, el Gobierno británico se empieza a plantear el impacto que tendrá para la economía británica los controles de inmigración para trabajadores de la Unión Europea. Con una lentitud que desespera a la City y al mundo empresarial, la ministra del Interior, Amber Rudd, anunció el jueves el encargo de un estudio sobre “los costes y beneficios” de los inmigrantes procedentes de la Unión Europea. El trabajo debe calibrar cuál será el impacto en la economía británica del fin de la libre circulación y determinar la futura política del Reino Unido sobre los trabajadores comunitarios.

El nuevo sistema de inmigración entrará en vigor en marzo del 2019, cuando concluya el plazo de dos años fijado para las negociaciones de salida del Reino Unido con Bruselas. Pero ese “análisis detallado” a cargo del equipo independiente que compondrá el Comité de Consulta sobre la Inmigración (MAC) no llegará presumiblemente para septiembre del año próximo, solo seis meses antes del ‘brexit’. Demasiado tarde en opinión de la patronal y las corporaciones, que deben planear con mucha más antelación su estrategia tras el abandono de la UE.

La oposición liberaldemócrata, a través de su portavoz de negocios, Ed Davey, pidió al Gobierno que explique por qué este informe sobre inmigración no se encargó inmediatamente después del referéndum. “La Sanidad Pública (NHS), los negocios y las universidades que dependen de los europeos necesitan las respuestas ahora, no dentro de catorce meses”, señaló Davey.

En una carta publicada el jueves en el 'Financial Times', Rudd, en un tono mucho más conciliador del empleado hasta ahora por el equipo de la 'premier' Theresa May, promete que no se cerrarán las puertas a los inmigrantes europeos tras el ‘brexit’. “Seguiremos dando la bienvenida a los que ayuden a hacer del Reino Unido un lugar más próspero para vivir”, señaló la ministra, que hizo campaña a favor de la permanencia en la UE. El análisis económico, escribe Rudd, “será una oportunidad para los negocios y los proveedores de empleo de expresar honestamente sus opiniones independientemente del Gobierno”. “Es”, añade, “extremadamente importante que los puntos de vista de cada industria estén reflejados fielmente en el documento”.

El estudio tendrá en cuenta diferentes factores, como los niveles de preparación requeridos para solicitar los empleos vacantes y la situación de los trabajos temporales, de los que depende en gran medida la agricultura. El informe debería ayudar a diseñar al Ministerio del Interior el nuevo sistema de inmigración que regirá una vez consumado el ‘brexit’ cuando quede suprimido el principio de libertad de movimiento.