El Reino Unido expulsará a 23 diplomáticos rusos y suspenderá los contactos bilaterales con las autoridades de Moscú, a las que considera culpables del envenenamiento el pasado 4 de marzo en Salisbury del exespía Serguéi Skripal y su hija Yulia.

Así lo anunció ayer la primera ministra, Theresa May, en una declaración en la Cámara de los Comunes, que confirmó el deterioro creciente de las relaciones entre los dos países, capaz de desembocar en una crisis internacional más amplia. El Reino Unido retiró la invitación cursada para visitar el país al ministro de asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov. También anunció que ningún ministro ni ningún miembro de la familia real asistirá en verano al Mundial de fútbol de Rusia.

«De acuerdo con la Convención de Viena, el Reino Unido va a expulsar a 23 diplomáticos rusos identificados como oficiales de los servicios de inteligencia encubiertos. Sólo tienen una semana para dejar el país», señaló May. «Será la mayor expulsión en los últimos 30 años y refleja el hecho de que no es la primera vez que el Estado ruso actúa contra nuestro país». Los que deben marcharse suman casi la mitad de la representación rusa en el Reino Unido, integrada por 58 diplomáticos.

En Moscú, las reacciones oficiales adoptan un tono cada vez más agresivo hacia el Reino Unido, lo que augura en las próximas horas o días medidas de represalia. «El Reino Unido ha escogido el camino de la confrontación con Rusia», concluye una dura declaración emitida ayer por el Ministerio de Exteriores ruso.

«Consideramos, de forma categórica, inaceptable e indigno que el Gobierno del Reino Unido, para satisfacer sus objetivos políticos indecorosos, procediera a un serio agravamiento de las relaciones, anunciado un conjunto de medidas hostiles, incluyendo la expulsión de 23 diplomáticos», continúa el texto. La portavoz de dicha institución, Maria Zajárova, restó importancia a la retirada de la invitación, dirigida al ministro Lavrov, para visitar Gran Bretaña. «Él nunca la aceptó», remarcó Zajárova.

La posibilidad de que ninguna autoridad británica acuda a presenciar la Copa del Mundo de fútbol no inquieta excesivamente a las autoridades deportivas rusas. «Lo que importa es si el equipo viene; la Copa del Mundo se celebra cada cuatro años», declaró el vicepresidente de la federación rusa de fútbol, Nikita Simonyan.

Diez días después del envenenamiento de los Skripal, May denunció el «uso ilegal de la fuerza por el Estado ruso contra el Reino Unido», y juzgó como «trágica», la vía elegida por el presidente ruso, Vladímir Putin, de no ofrecer explicación alguna sobre cómo un agente nervioso fabricado exclusivamente en los laboratorios militares rusos había llegado a las calles de una ciudad inglesa. La primera ministra acusó al Kremlin de haber reaccionado «con sarcasmo, despreció y resistencia», ante el incidente, una respuesta que «ha mostrado un completo desprecio por la gravedad de esos acontecimientos».

Medidas de castigo

En la lista de medidas anunciadas como castigo a Rusia figura el estudio urgente de nueva legislación para proteger mejor al Reino Unido contra, que incluye incrementar los controles en vuelos y fronteras de los ciudadanos rusos que viajen al Reino Unido.

May dejó abierta una posible vía para bloquear el dinero de los oligarcas rusos en Londres. En el futuro, señaló, se congelarán los bienes del Estado ruso, cuando haya constancia de que pueden ser usados para amenazar la vida o las propiedades de nacionales o residentes en el Reino Unido.

A la hora de justificar las sanciones, May explicó que Rusia ha mostrado «un total desdén» por la investigación del ataque contra los Skripal y no ha ofreció «explicación alguna», sobre lo sucedió y sobre la posesión de un programa de armas químicas no declarado, contraviniendo las leyes internacionales. «La única conclusión posible es que el estado de Rusia fue el culpable del intento de asesinato del señor Skripal y su hija y de amenazar las vidas de otros ciudadanos en Salisbury, incluido el sargento Nick Bailey (el policía en estado grave que respondió al ataque)».

El Reino Unido está tratando de conseguir una acción coordinada de la comunidad internacional. Hasta ahora todo han sido gestos de apoyo, pero ningún compromiso concreto. Los británicos informarán hoy al Consejo de Seguridad de la ONU, que discutirá el tema en una reunión de urgencia. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que el incidente estará incluido en la agenda del Consejo Europeo. La OTAN expresó su «profunda preocupación por la primera ofensiva en la que se ha utilizado un agente nervios en territorio de la Alianza».

El Foreign Office hizo un llamamiento a los británicos que viajen a Rusia para que se mantengan alerta cara a la Copa del Mundo. «En razón de las tensiones crecientes entre el Reino unido y Rusia deben ser conscientes de la posibilidad de sentimientos anti-británicos y de acoso en este momento. Se aconseja mantenerse vigilantes, evitar toda manifestación y evitar comentar públicamente los últimos acontecimientos políticos», señala la nota difundida en su portal de internet.