La intervención militar en Siria ha sobrevolado constantemente el hemiciclo durante las casi tres horas que ha durado el debate de Emmanuel Macron con los eurodiputados europeos. El dirigente ha tenido que escuchar las críticas de varios parlamentarios a esa acción conjunta de Francia, el Reino Unido y Estados Unidos contra tres plantas químicas de Bashar el Asad, y se ha defendido avalando su legitimidad.

En respuestas a los eurodiputados que lo han interpelado sobre Siria, Macron ha dejado claro que la intervención del pasado fin de semana no tiene nada que ver con las que la coalición internacional ha llevado a cabo en Libia o Irak. "En Siria no hemos declarado la guerra a nadie", ha afirmado, subrayando que la única coalición diplomática, política y militar que existe en Siria es la que lucha contra el Estado Islámico (EI).

"No hemos declarado la guerra a Asad", ha dicho Macron, afirmando que lo que "sí hemos hecho es defender nuestros valores" porque el régimen sirio "trapasó una línea roja". "Los mismos que se indignan con las imágenes de mujeres y niños muertos, ¿nos piden que nos quedemos sentados? No, no y no", ha clamado alzando claramente la voz, en el momento de mayor intensidad del debate, que ha hecho estallar en aplausos a varios eurodiputados.

En su intervención, Macron también ha dado la razón a las múltiples voces que manifiestan que estos bombardeos limitados no van a cambiar el curso de una guerra que ha entrado ya en su séptimo año. Así, ha admitido que "estos ataques no solventan nada pero acaban contra un sistema al que nos estábamos acostumbrando". "Intervenimos para salvar el honor de la comunidad internacional", ha llegado a decir.

Las resoluciones de la ONU

Igualmente, el dirigente ha dejado claro que los ataques son legítimos porque ya las resoluciones de la ONU aprobadas sobre Siria preveían el uso de la fuerza."Examinemos nuestros principios y nuestros valores", ha dicho, subrayando que los ataques fueron multilaterales, selectivos, no provocaron víctimas y que tenían por único objetivo destruir tres plantas de producción de armas químicas.

Durante la intervención de Macron, varios eurodiputados han exhibido carteles en los que se podía leer "las manos fuera de Siria" o "Stop a la guerra en Siria". Las críticas más duras vinieron de las bancadas de la izquierda -que le recriminaron el lanzamiento de una operación militar sin consultar a la ONU o a la Asamblea fancesa- y de los grupos de la ultraderecha, que le recordaron como las anteriores intervenciones en Libia o Irak han servido para alimentar el yihadismo.