El más que probable asesinato del hermanastro del líder norcoreano, Kim Jong-nam, embrolla los lazos de razonable normalidad que Pyongyang conservaba con Malasia. En los últimos días han saltado las previsibles tensiones entre un gobierno que pretende aclarar el crimen más mediático con el que ha lidiado en décadas con otro que insiste en un ataque al corazón. Las actuaciones policiales y diplomáticas malasias apuntan ya sin remedio a Pyongyang. Los precedentes y el sentido común sugerían al principio su autoría; ahora se acumulan los indicios.

Malasia ha pedido la ayuda norcoreana para encontrar a dos de sus nacionales que estarían aún en el país. Son Hyon Kwang Song, segundo secretario de la embajada en Kuala Lumpur, y Kim Uk Il, empleado de la aerolínea nacional. “Si no cooperan, les obligaremos a venir”, ha señalado en su rueda de prensa diaria Khalid Abu Bakar, jefe policial. Otros cuatro norcoreanos sospechosos ya habrían abandonado Malasia horas después del asesinato y habrían llegado a Pyongyang tras una enrevesada travesía con múltiples escalasque eludió China. La víctima había declarado que estaba protegida por Pekín y algunos expertos señalan que ésta lo guardaba en caso de colapso norcoreano.

El único norcoreano detenido hasta ahora es Ri Jong-chol, un tipo que llevaba tres años en Malasia sin ocupación definida. La empresa de hierbas medicinales en la que supuestamente trabajaba ha desvelado que nunca pisó la oficina ni recibió ningún salario.

LISTA DE DETENIDOS

La lista de detenidos la completan Doan Thi Huong, vietnamita, y Siti Aisyah, indonesia, autoras materiales del asesinato de Kim Jong-nam en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur. Khalid ha negado hoy que la indonesia creyera estar participando en una broma con cámara oculta, probablemente la explicación más inverosímil que haya escuchado un policía. Las dos mujeres, trasinmovilizar a la víctima y pasarle un trapo por la cara, se dirigieron a los servicios para lavarse las manos. El jefe policial sostiene que el modus operandi demuestra que ambas habían sido instruidas en el manejo de fuertes toxinas.

La atención se dirige hacia la morgue donde descansa el cadáver. Corea del Norte exigió su entrega inmediata y se opuso a la autopsia. La policía ha reforzado la seguridad después de varios intentos de entrar ilegalmente en el centro. Ha mencionado un gaseoso “alguien” como autor y todo sugiere que agentes norcoreanos intentaron resolver por la fuerza lo que la diplomacia no había conseguido. Abundan los rumores sobre la inminente llegada del hijo del fallecido, quien estaría comprensiblemente interesado en que el cadáver no acabara en manos de sus presuntos asesinos. Malasia ha anunciado que recibirá protección para evitar nuevos asesinatos.

La autopsia ya ha revelado que Jong-nam no murió de un ataque al corazón. La ausencia de pinchazos también descarta la primera versión del ataque con jeringuillas. Los análisis para identificar qué potente toxina le mató tardarán algunos días en completarse.

ORDEN DE ASESINATO

Jong-nam murió la semana pasada cuando esperaba un vuelo de regreso a Macao. Las imágenes del circuito cerrado muestrana dos mujeres que se acercan por detrás y le atacan antes de emprender la huida. Corea del Norte ha negado cualquier implicación a pesar de que Seúl ha revelado que su líder, Kim Jong-un, dictó cinco años atrás su orden de asesinato.

La investigación camina hacia la autoría norcoreana y la ruina de las relaciones bilaterales. El embajador en Malasia fue llamado a consultas por Kuala Lumpur después de haber acusado a la policía de fraudulenta y de confabularse con Seúl y otras fuerzas extranjeras para difamar a Corea del Norte.

Muchos se preguntan estos días por la idoneidad de esos vínculos que se alargan durante cuatro décadas. Kuala Lumpur esde los pocos gobiernos que premia a Pyongyang con un trato de normalidad y ni siquiera exige visados a sus nacionales para visitar Malasia. La turbia trama norcoreana descubierta estos días plantea los riesgos de abrir la puerta a unos emigrantes que no escapan de un gobierno con un extenso historial criminal sino que lo obedecen a ciegas. La prensa malasia recuerda estos días que cualquier relación de amistad con Corea del Norte dinamita la reputación global y se pregunta si merece la pena pagar ese precio para conservar el ridículo intercambio comercial.