Theresa May confirmó el lunes en Glasgow que no habrá segundo referéndum de independencia en Escocia mientras duren las negociaciones del ‘brexit’. “Mi posición es muy simple y no ha cambiado. Ahora no es el momento de hablar de un segundo referéndum de independencia”, señaló instantes antes de iniciar una reunión de casi una hora con la ministra nacionalista Nicola Sturgeon. Al término del frio y tenso encuentro, calificado a pesar de todo por ambas partes de “cordial”, la ministra principal escocesa dijo sentirse “frustrada” con la conversación mantenida con May, en la que la primera ministra no hizo nuevas concesiones de nuevos poderes al Parlamento escocés.

A dos días de la petición formal este miércoles de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, May considera que “es el momento de tirar todos juntos, no por separado. Tirar todos juntos para asegurarnos de que conseguimos el mejor acuerdo para todo el Reino Unido”. También estima “injusto para los escoceses el pedirles que tomen una decisión tan importante hasta que se conozcan todos los datos”. Sturgeon desea celebrar el nuevo referéndum entre el otoño del 2018 y la primavera del 2019, cuando las negociaciones estén ya avanzadas y haya tiempo, según ella, de buscar una salida para Escocia.

DECISIÓN FORZOSA

Era la primera vez que las dos mujeres se reunían, después de queSturgeon reclamara un segundo referéndum de independencia. Una decisión “forzosa”, según afirma la ministra principal, para evitar que los escoceses queden fuera de la UE. May ha reiterado el bloqueo do esa iniciativa horas antes de que el Parlamento autonómico en Edimburgo vote el martes la moción, que permitirá a Sturgeon solicitar oficialmente la trasferencia de poderse para hacer la convocatoria. Las dos mujeres son figuras enfrentadas y antagónicas. Unionista acérrima la una, independentista desde que llevaba calcetines cortos la otra, el desencuentro entre ambas ha ido en aumento, desde el pasado mes de junio. Sturgeon ha acusado a May repetidamente de “intransigencia” en las conversaciones sobre el 'brexit'. Al parecer la primera ministra rechazó reunirse en un edificio del Gobierno escocés en Glasgow, considerado más seguro, prefiriendo la neutralidad de un hotel. No se permitió la entrada de cámaras para filmar el encuentro y se descartó desde el primer momento una conferencia de prensa conjunta.

El ‘brexit’ ha creado división y confrontación entre los británicos. Incluso se está afianzando como un factor tan desestabilizadorque puede acabar fragmentando el Reino Unido. Esa es la razón por la que May quiso iniciar en Escocia esta semana crucial en la que “el país entra en un periodo de cambio nacional”, afirmó. Antes de entrevistarse con Sturgeon, May , hizo un llamamiento a la unidad de los británicos en la localidad escocesa de East Kilbride. Esa unidad es indispensable para lograr un buen acuerdo en Bruselas, señaló. “En el momento en que Gran Bretaña deja la Unión Europea y forjamos un nuevo papel para nosotros en el mundo, la fuerza y la estabilidad de nuestra unión es incluso más importante aún”.

PROCESO DE SALIDA

La última semana de marzo estará totalmente dominada por el ‘brexit’. El miércoles May iniciara oficialmente el proceso de salida de dos años con una carta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, invocando el Artículo 50 del Tratado de Lisboa y estableciendo las prioridades de las negociacionespor parte británica. El jueves el Gobierno británico publicará un documento sobre sus planes para transferir la legislacióneuropea adoptada por el Reino Unido en los últimos 44 años, e incorporarla a las leyes británicas. El viernes, cuarenta y ocho horas después de recibir la carta de May, se espera que Tusk responda con el plan para el ‘brexit’ de los 27 países restantes de la UE.

May entra en las negociaciones del ‘brexit’ con un problema interno más. Irlanda del Norte sigue sin gobierno, tras las elecciones celebradas el pasado 2 de marzo. El plazo de las negociaciones expiró en la tarde del lunes sin acuerdo por parte del Sinn Féin y del Partido Democrático Unionista (DUP), que gobiernan en coalición la provincia. La cámara norirlandesa se encuentra suspendida desde el pasado mes de enero, después que el dirigente del Sinn Féin, Martin McGuinness, recientemente fallecido, dimitiera de su cargo como viceprimer ministro para pedir la salida de la ministra principal y líder del DUP, Arlene Foster. El Sinn Féin exige que el DUP aparte a Foster, mientras una investigación aclara su implicación en un escándalo financierorelacionado con subvenciones a energías renovables. El ministro británico para la provincia, James Brokenshir, ha optado por dar más tiempo a los partidos para lograr un consenso. El Gobierno de Londres no desea retomar el poder en la autonomía, imponiendo el mando directo.