No pasa un mes en Estados Unidos sin que haya un tiroteo en un centro escolar, un drama que sigue sin generar la respuesta enérgica de las autoridades que parte de la sociedad reclama. El último ha sido este viernes en un instituto de Santa Fe, una pequeña localidad tejana de 12.000 habitantes situada unos 60 kilómetros al sudeste de Houston. El sheriff local ha confirmado que hay entre ocho y diez muertos, la mayoría estudiantes, pero también adultos. Las autoridades han detenido a dos alumnos, al menos uno de ellos considerado como el presunto autor de la masacre, que tendría 17 años. El presidente Donald Trump ha expresado sus condolencias describiendo lo sucedido como un "ataque horrendo". “Este es un día muy triste para Estados Unidos”, ha dicho sin anunciar medidas concretas para frenar la plaga de violencia armada que desangra al país.

El incidente comenzó alrededor de las 8.00 de la mañana hora local, cuando la alarma antiincendios saltó en el centro educativo. Muchos estudiantes pensaron inicialmente que no se trataba más que de un simulacro hasta que potentes detonaciones retumbaron en el edificio, según han declarado a la prensa local. “Yo estaba sentada en clase. Escuché unas fuertes explosiones, pero no sabía que eran. Estaba confundida, pero entonces escuché gritos y desperté. Me puse a correr hacia la salida y me escondí con otros estudiantes. Me quedé allí unos 30 minutos hablando con mi madre por el teléfono todo el rato hasta que nos encontraron y nos sacaron”, le ha contado al Houston Chronicle, Paige Curry, una de las alumnas.

Artefactos explosivos

La policía ha informado de que se han encontrado varios artefactos explosivos en el edificio y sus inmediaciones. Las autoridades han pedido a la comunidad que se mantenga alejada de cualquier objeto sospechoso que encuentren cerca del instituto y llamen a los servicios de emergencia. Por el momento se desconoce la identidad de los dos detenidos. Uno ha sido descrito como el presunto autor de la matanza. Al otro se le considera "persona de interés" en la investigación. En cualquier caso, ambos parecen ser alumnos del centro.

Desde que comenzó el año ha habido 22 tiroteos en los centros escolares de EE UU. En Florida y en Alabama, en California y en Kentucky, en Maryland y Nuevo México. Terror gratuito que arranca vidas inocentes y deja traumas duraderos. Localidades como Santa Fe nunca volverán a ser las mismas.

Liberty Wheeler, de 14 años, estaba en clase cuando escuchó cinco disparos cerca de la clase de arte. Su profesora le pidió que corriera a esconderse en el almacén que hay junto al teatro del instituto, según ha descrito a los medios. Allí se escondió durante 45 minutos hasta que la encontró la policía. “Se olía el olor de la pólvora que salía de la pistola. Teníamos mucho miedo de que estuviera cerca de nosotros”. El instituto de Santa Fe tiene capacidad para 1.400 estudiantes y se encontraba en sus dos últimas semanas de calendario escolar.

Este tiroteo llega tres meses después del acaecido en el instituto Marjorie Stoneman Douglas de Florida, donde 17 estudiantes y profesores fueron asesinados a sangre fría. Desde entonces nada substancial se ha hecho desde la Casa Blanca, cuyo presidente no ha dejado alabar la labor de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, de sus siglas en inglés), el lobi de los fabricantes y los amantes de las armas que destruye cualquier iniciativa para restringir la barra libre de rifles y pistolas que impera en el país. "Esto lleva demasiado tiempo sucediendo. Demasiados años, demasiadas décadas", ha dicho Trump en una breve comparecencia. "Mi Administración está decidida a hacer todo lo que esté en nuestro poder para proteger a nuestros estudiantes y mantener las armas alejadas de aquellos que representan una amenaza". Son palabras vacías. Retórica para la galería.