Cambian los nombres, los escenarios y los particulares de los casos pero en Estados Unidos se repiten algunas preocupantes constantes: hombre negro muerto a manos de la policía en circunstancias en las que el uso de fuerza letal por parte de los agentes es cuestionable. La problemática ecuación ha vuelto a plantearse en los últimos días en Charlotte (Carolina del Norte)y en Tulsa (Oklahoma), haciendo que estallen de nuevo tensiones y protestas que se han convertido en una constante en el país desde que hace poco más de dos años la muerte del adolescente negro Michael Brown a manos de un agente blanco (luego exonerado) convirtió Ferguson (Missouri) en un polvorín.

Los incidentes más graves se produjeron en la madrugada del martes al miércoles en Charlotte, donde horas antes la policía había matado a Keith Lamont Scott, un hombre negro de 43 años. Protestas inicialmente pacíficas por esa muerte se volvieron violentas y hubo saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y policías, que usaron gases lacrimógenos. 12 agentes resultaron heridos.

VERSIONES DISTINTAS

Como es también tristemente frecuente, en el caso de Scott no hay una única versión de las circunstancias de su muerte y las autoridades insisten en que el agente que disparó (que es negro y se encuentra de momento de baja administrativa) tenía razones para hacerlo. Según ese relato oficial, los agentes acudieron a una zona de apartamentos en el barrio de University City para ejecutar una orden de arresto contra un individuo, que no era Scott, pero cuando vieron a este salir armado de un coche lo consideraron “una amenaza mortal”, momento en que el agente Brently Vinson le disparó.

La familia y la comunidad, en cambio, aseguran que Scott no estaba armado sino que estaba en el coche esperando el autobús escolar de uno de sus siete hijos. Afirman que no tenía un arma, sino un libro.

UN VÍDEO DEMOLEDOR

Tampoco en Tulsa hay una única versión que explique la muerte de Terence Crutcher, un hombre negro de 40 años, pero en ese polémico caso, que también ha incitado protestas, aunque menos violentas, hay al menos una grabación que pone en entredicho el relato con que la policía ha intentado explicar sus letales acciones.

En el vídeo grabado desde un helicóptero se ve a Crutcher caminando hacia el coche que se le había averiado en medio de la autopista. Varios policías le están apuntando con sus pistolas y el hombre va con los brazos en alto por encima de su cabeza. Cuando llega junto al vehículo, recibe el disparo que acaba con su vida.

RELATO OFICIAL

Según el relato oficial, Crutcher no estaba siguiendo sus órdenes, pensaban que estaba bajo la influencia de algún estupefaciente y una de las agentes (una mujer blanca, Betty Shelby) le disparó cuando pensó que intentaba coger algo del interior del vehículo. Las imágenes no solo ponen en cuestión la idea de que no estaba obedeciendo, sino que desmienten la posibilidad de que intentara acceder al coche: fotogramas del vídeo que los abogados de la familia han ampliado muestran claramente que la ventanilla estaba subida (y por eso mismo quedó manchada con la sangre de Clutcher).

Scott y Crutcher son solo dos de los 163 hombres negros que han muerto ese año a manos de la policía, al menos según el recuento de los casos que está llevando a cabo 'The Washington Post'. El total de muertos, sin especificar razas, es de 702.