La nueva vicepresidenta del partido, Harriet Harman, que sustituye a John Prescott, ha sido una de las voces que con más firmeza han criticado la guerra de Irak dentro de la cúpula laborista. Harman, de 56 años, esposa del actual tesorero del partido, Jack Dromey, ha lamentado haber votado a favor de la participación británica en la guerra, y ahora quiere que los laboristas pidan públicamente perdón. Brown repitió ayer que en Irak se han cometido errores, pero subrayó que el Reino Unido cumplirá sus compromisos. Como gesto de buena voluntad, el futuro primer ministro puede permitir de nuevo las protestas contra la guerra frente al Parlamento. También podría designar para algún puesto ministerial a John Denham, quien dimitió como secretario de Estado de Interior en protesta por la intervención en Irak.

La apertura de una investigación sobre las circunstancias en que se tomó la decisión de participar en la guerra quedará aplazada mientras los soldados británicos sigan en Irak. Brown tratará de acelerar la retirada en la medida de lo posible, de modo que para las elecciones generales, en el 2009 o el 2010, esa pesadilla sea ya historia para los británicos.