El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha mostrado este miércoles "consternado" por la decapitación del periodista estadounidense James Foley, secuestrado en Siria en noviembre del 2012, que calificó como "un acto de violencia que agita la conciencia del mundo entero". "Una cosa en la que todo el mundo está de acuerdo es que un grupo como el Ejército Islámico no tiene cabida en el siglo XXI", aseguró Obama en una breve declaración para comentar el asesinato de Foley, de 40 años, a manos de yihadistas.

El gobernante ha subrayado que "ninguna religión enseña a masacrar inocentes, y ningún Dios justo defendería lo que hicieron ayer". "La vida de Foley marca un claro contraste" con la de los yihadistas, quienes, aseguró, "torturan a niños y mujeres". Por ello, Obama remarcó que "vamos a seguir haciendo lo que debemos hacer" para acabar con Estado Islámico, al que ha calificado de "cáncer a evitar", y ha advertido que cuando alguien daña a un estadounidense en cualquier lugar, Washington hará "lo que sea necesario para que se haga justicia".

La comparecencia del presidente, desde su residencia de vacaciones en Martha's Vineyard, se produjo poco después de que la Casa Blanca confirmase la autenticidad del vídeo de la decapitación de Foley, difundido ester martes en foros yihadistas de internet. En el vídeo, el reportero se despide de su familia y acusa al Gobierno de Estados Unidos de ser el culpable de su ejecución por su reciente intervención en Irak, antes de ser degollado ante la cámara por un encapuchado, que habla en inglés.

En las imágenes, además de Foley, de 40 años, aparece otro periodista estadounidense secuestrado, Steven Joel Sotloff, cuya vida "depende de la próxima decisión de Obama", según dice en inglés en la grabación el autor de la decapitación. Obama informó, asimismo, que había llamado a los padres de Foley para ofrecerles sus condolencias antes de su declaración.