El presidente de EEUU, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, conversaron hoy sobre las estancadas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos y sobre la situación con Irán. En un comunicado, la Casa Blanca indicó que en la conversación Obama "reafirmó su compromiso con la meta de una paz extensiva y duradera en la región". Los dos analizaron los últimos encuentros entre los negociadores israelíes y palestinos en Amán, que concluyeron sin avances aparentes.

También abordaron "recientes acontecimientos relacionados con Irán, incluidos los esfuerzos de la comunidad internacional para hacer que Irán rinda cuentas por sus fracasos a la hora de cumplir sus obligaciones internacionales", explica la Casa Blanca. El presidente estadounidense reiteró su "inquebrantable compromiso" con la seguridad de Israel, agrega el comunicado. Según la residencia presidencial, que añade que ambos mandatarios se comprometieron a mantenerse en contacto acerca de estos asuntos y otros de interés común en las próximas semanas, la conversación de hoy forma parte de los contactos habituales entre Obama y el primer ministro israelí.

Pero el diálogo se produce un día después de la muerte en un atentado en Teherán del científico nuclear Mustafa Ahmadi Roshan, cuya responsabilidad Irán ha atribuido a EEUU e Israel. Washington ha rechazado "categóricamente" cualquier participación en el atentado. La Casa Blanca no precisa en el comunicado si Obama y Netanyahu hablaron del caso en su conversación. El atentado se produjo en un momento de especial tensión internacional por el programa nuclear iraní, después de que el pasado lunes el OIEA confirmase que Irán había comenzado la producción de uranio enriquecido al 20 por ciento en su nueva planta de Fordo, a 160 kilómetros de Teherán.

Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos e Israel a la cabeza, acusan al régimen iraní de ocultar, bajo su programa civil, otro clandestino de naturaleza bélica cuyo objetivo sería producir armas atómicas, lo que Teherán niega. Las sospechas se centran, sobre todo, en el programa de enriquecimiento de uranio de Irán, país que ha advertido que bajo ningún concepto renunciará a este derecho.