Hombres, mujeres, ancianos y hasta niños. Todos se han armado. Los vecinos de Amerli, una localidad de 20.000 habitantes en el norte de Irak donde residen sobre todo turcomanos chiís , llevan 70 días resistiendo el asedio de los yihadistas del Estado Islámico, que han ocupado todas la aldeas de los alrededores. El sitio, casi medieval, les ha dejado ya sin apenas agua ni comida.

Todos temen que, en caso de que el Estado Islámico ocupara la aldea, serían masacrados pues son de confesión chií y, por tanto, están considerados como infieles por los yihadistas. Todos temen que se reproduzca lo ocurrido cuando los yihadistas del Estado islámico ocuparon la localidad de Sinyar, donde masacraron a decenas de habitantes por ser de la minoría religiosa yazidí.

De ahí, el representante especial de la ONU para Irak, Nickolay Mladenov, haya pedido tomar "medidas inmediatas para evitar una posible masacre de ciudadanos" en Amerli.En un comunicado, Mladenov ha expresado expresó su "seria alarma" por los informes sobre las "condiciones inhumanas" que sufren los habitantes de esta población. "La situación de la población de Amerli es desesperada y exige una acción inmediata para prevenir una posible masacre", ha dicho el representante de la ONU. "Los aliados de Irak y la comunidad internacional tienen que colaborar con las autoridades (iraquíes) para evitar una tragedia", ha subrayado Mladenov.

El gran ayatolá Alí Al Sistani, la mayor autoridad religiosa chií de Irak, hizo un llamamiento el pasado viernes a proporcionar ayuda a los habitantes de Amerli, cuya situación es desesperada. Los habitantes reclaman una ofensiva militar que les libre del asedio. "No tenemos ni electricidad ni agua potable", ha declarado a la BBC un residente, que ha asegurado que los niños "ya solo comen una vez cada tres días".