La misión de Rusia ante la OTAN también sufrirá las consecuencias del envenenamiento del exespía Seguei Skripal y su hija Yulia en la localidad británica de Salisbury. El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, anunció ayer que se retira la acreditación a siete diplomáticos y se denegarán otras tres demandas de acreditación, lo que reducirá a una veintena el personal ruso ante el organismo.

La decisión es fruto de las consultas efectuadas en el bando aliado, que se han saldado «con la expulsión de más de 140 diplomáticos rusos» de los 25 países de la OTAN y sus aliados, entre ellos España, que ha anunciado la expulsión de dos personas. «Esta respuesta envía una señal clara a Rusia de que su patrón de comportamiento es peligroso e inaceptable tiene costes y consecuencias», afirmó Stoltenberg

«Nuestra decisión no cambia la política hacia Rusia. La OTAN sigue comprometida con una estrategia doble de defensa fuerte y de diálogo», pero refleja «las preocupaciones de seguridad expresadas por los aliados», dijo el exprimer ministro noruego.

Las relaciones entre la OTAN y Rusia llevan resentidas desde hace meses, a raíz de la anexión unilateral de la península de Crimea. Stoltenberg no excluyó la posibilidad de adoptar nuevas medidas en el futuro y recalcó que las adoptadas hasta ahora son «proporcionadas». Según el último recuento, además de EEUU, Ucrania, Canadá, Australia y Noruega hay 18 países de la UE que han expulsado a diplomáticos como castigo a Moscú. El grueso de los expulsados corresponden a EEUU con 60, aunque en conjunto la cifra de la UE también rondaría ese número de personas.

ESTADOS PEQUEÑOS Y GRANDES

A la cabeza está el Reino Unido (23), seguido de Alemania (4), Francia (4), Polonia (4), Lituania (3), República Checa (3), España (2), Italia (2), Holanda (2), Dinamarca (2), Bélgica (1), Suecia (1), Letonia (1), Rumanía (1), Croacia (1), Hungría (1), Irlanda (1), Finlandia (1) y Estonia (1). Entre los países europeos que no lo han hecho está Grecia, Chipre, Malta, Luxemburgo o Portugal. «Es difícil para algunos Estados pequeños porque quizá solo tienen dos o tres diplomáticos y es posible que haya represalias», alegan fuentes diplomáticas europeas.

Rusia, por su parte, medita aún la respuesta que será decidida por el propio presidente, Vladímir Putin, y seguirá el principio de la reciprocidad.

El ministro de Exteriores ruso, Seguéi Lavrov, cargó contra EEUU al que acusa de ejercer «grandes presiones» al resto. «La expulsión masiva de diplomáticos es el resultado de presiones colosales, de un chantaje colosal que constituye, desgraciadamente, el arma principal de Washington en la escena internacional», señaló.

Moscú niega estar detrás del envenenamiento y advierte de que no reconocerá ninguna investigación en la que no participe. Los asesinatos de rusos en el extranjero críticos con el Kremlin que formaron parte del Estado y que decidieron huir no se limita a Gran Bretaña.

En Ucrania, hace un año, fue abatido a tiros Denis Voronenkov, un parlamentario ruso que indagó la injerencia rusa en la política ucraniana.