Una semana después del ataque cometido por un individuo armado con dos machetes y al grito de Alá es grande! contra los militares que patrullaban cerca del Museo del Louvre, los servicios antiterroristas franceses han abortado un atentado “inminente”, en palabras del ministro del Interior, Bruno Le Roux, con la detención de cuatro personas en la región de Montpellier, en el sur del país.

Los arrestados son tres hombres mayores de edad y una adolescente de 16 años. Durante la operación, la policía ha encontrado material para la fabricación de explosivos en uno de los apartamentos en los que se han practicado las detenciones. De momento, se desconocen los objetivos concretos del ataque.

Los servicios secretos seguían desde hace quince días la pista de los tres hombres, fichados y vigilados en el marco de una investigación abierta por la sección antiterrorista de la Fiscalía de París. Según la televisión BFM, uno de ellos, Thomas, de 21 años y arrestado en Clapiers, preparaba una acción kamikace en Francia.

El sospechoso habría intentado viajar a Siria en noviembre del 2015 y era novio de la chica, de nombre Sara, con la que iba a casarse. Parecía que el plan era que, una vez casados, él se inmolaría en Francia y ella viajaría a Siria donde como viuda de un yihadista “mártir”, añade BFMTV. La chica había prestado juramento al denominado Estado Islámico (EI) en un vídeo grabado el 8 de febrero.

Los otros dos detenidos tienen 27 y 34 años. El mayor de ellos, de nombre Malik, era conocido por su radicalización, ejercía el papel de “tutor” de la pareja joven y tenía contactos con las redes yihadistas en la zona de Irak y Siria. Era él quien iba a ayudar a la adolescente a conseguir un pasaporte falso y decirle el itinerario a seguir para llegar a Siria. Los investigadores intentan averiguar el papel de la cuarta persona, que podría estar al margen de los planes para atentar. En uno de los tres pisos donde se produjeron las detenciones, la policía ha descubierto diverso material para fabricar explosivos.

En concreto, 71 gramos de TATP, un potente explosivo, poco para confeccionar un cinturón explosivo pero suficiente para causar numerosos daños. Los sospechosos habían montado una especie de laboratorio en el que se han hallado diversas cantidades de acetona, agua oxigenada y ácido sulfúrico, componentes básicos en la fabricación de bombas.

“Nos enfrentamos a un nivel de amenaza terrorista extremadamente alto que nos obliga a tomar todas las precauciones para garantizar la protección de nuestros conciudadanos”, ha resaltado el primer ministro, Bernard Cazeneuve. El jefe del Ejecutivo ha apelado también a la Unión Europea a aplicar el llamado PNR (registro de pasajeros aéreos) europeo y a reformar el sistema de información de Schengen para reforzar el dispositivo de protección antiterrorista.

Desde el ataque de Niza, el 14 de julio del 2016, la policía francesa ha desbaratado al menos 15 tentativas de atentado en los que se han visto implicadas unas 30 personas, muchas de ellas jóvenes y mujeres, según datos del Ministerio del Interior.