Las autoridades mexicanas investigan la desaparición de la española de 34 años Pilar Garrido Santamans, en paradero desconocido desde el pasado 2 de julio en el noreste estado de Tamaulipas. El portavoz de seguridad de Tamaulipas, Luis Alberto Rodríguez, ha indicado que el marido de la víctima presentó la denuncia de desaparición horas después del suceso el 2 de julio.

De acuerdo con información de la Fiscalía estatal, Pilar Garrido Santamans desapareció en las inmediaciones del municipio Soto La Marina. Garrido Santamans es de origen valenciano y reside en México desde hace unos tres años.

Rodríguez ha dicho que el estatus jurídico para la investigación es el de "persona no localizada", porque no se puede considerar un secuestro dado que hasta el momento no ha habido una petición de rescate, lo que resulta muy poco común en casos similares.

Tampoco hay "indicios de que pudiera estar privada de su libertad", ha agregado la Fiscalía estatal en una nota informativa facilitada a Efe.

REGIÓN MUY VIOLENTA

El suceso tuvo lugar en el nororiental estado de Tamaulipas, una de las regiones más violentas del país, cuando la pareja y su hijo de un año regresaban a Ciudad Victoria tras pasar unos días en la playa.

De acuerdo con la denuncia del marido, "fueron interceptados, y a ella la bajaron del vehículo", ha indicado el portavoz, mientras que él mismo y el hijo de la pareja continuaron el camino.

La Fiscalía estatal ha realizado diversos operativos de búsqueda en la región de Soto La Marina en los que "han participado decenas de policías Federales y de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas, con apoyo de caninos y un helicóptero", concluye el texto.

El caso se investiga como algo muy poco habitual y con todas las líneas de investigación abiertas en un estado marcado por la violencia entre los diferentes grupos del crimen organizado, principalmente el cártel del Golfo y los Zetas, y de éstos con las fuerzas de seguridad.

El pasado mes de septiembre fue secuestrada y asesinada en México una sobrina del presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar. Tras tres raptada, sus captores se pusieron en contacto con la familia para pedir un rescate, que se pagó, pero una cantidad inferior a la exigida.